Introducción
De qué se trata: Se trata de una encíclica, es decir, una carta circular, pues la intención de su autor era que se leyera en varias congregaciones de la región; de hecho, la expresión «a los efesios» no aparece en los manuscritos más antiguos. Por su contenido doctrinal es una excelente reflexión sobre la iglesia en tanto cuerpo de Cristo (1.22-23; 4.15-16), sobre la salvación de los pecadores (2.4-9), sobre la necesidad de madurar en los asuntos espirituales (4.20-21) para llegar a ser «perfectos» (4.13-16).
Autor: El primer versículo indica que fue el apóstol Pablo (1.1). Junto con Filipenses, Colosenses y Filemón, forma parte de cuatro cartas que el apóstol escribió desde la prisión.
Fecha de escritura: La mayoría de los biblistas fecha la carta entre los años 60 y 63.
Período que abarca: Pablo había sido llevado a Roma para presentar su caso ante el emperador Nerón. Si bien estaba prisionero, durante esos dos años vivió en una casa alquilada (Hch 28.16,30).
Ubicación dentro de la historia universal: Éfeso, capital de la provincia romana de Asia desde el año 133 a.C., tenía una población cercana al medio millón de personas; más aún, era la residencia oficial del gobernador. Estaba erigida sobre la costa del Mediterráneo, y su puerto congregaba mucho tráfico de personas y mercancías. Era una importante ruta de comunicación con el interior de Asia Menor. La ciudad contaba con un imponente templo en honor a la diosa Artemisa (Diana para los romanos), «venerada en toda la provincia de Asia y en el mundo entero» (Hch 19.23-41). En Hechos puede leerse acerca de las dos veces en que el apóstol Pablo visitó la ciudad (18.19-21; 19.1—20.1,31).