Introducción
De qué trata: Para los propósitos del libro son tan importantes los reyes y sus decisiones políticas, como los ministerios e influencias de los profetas de Dios (Elías, Eliseo, Isaías). Es por ello que se registran los hechos de unos y otros y la apreciación de cada reinado se sintetiza en las frases: «hizo lo malo a los ojos del Señor» (2 R 14.24) o «hizo lo recto a los ojos del Señor» (2 R 15.3).
Autor: Anónimo. La tradición lo atribuye al profeta Jeremías. Actualmente se piensa en una redacción colectiva; de hecho, en 1 y 2 Reyes se hace alusión a tres fuentes principales que utilizó el editor: Los hechos de Salomón (1 R 11.41); el libro de las crónicas de los reyes de Israel (2 R 1.18) y el libro de las crónicas de los reyes de Judá (2 R 8.23).
Fecha de escritura: Si se acepta la hipótesis de un único escritor, hay que fijar la redacción después del 561 a.C., año en que Evil Merodac, rey de Babilonia, indultó a Joaquín y lo sacó de la cárcel (2 R 25.27); pero antes del 538 a.C., año en que se dio inicio al retorno de los cautivos de Babilonia a Jerusalén, bajo el liderazgo de Zorobabel.
Período que abarca: Retoma la historia de los reyes y los ministerios de los profetas desde la muerte de Ocozías de Israel y el fin del ministerio de Elías (caps. 1—2) el inicio del ministerio de Eliseo (cap. 2) hasta su muerte (cap. 13); de Jorán en Judá (cap. 8), hasta la caída de Samaria en 722 a.C. (cap. 18) y la de Jerusalén en 586 a.C. (cap. 25).
Ubicación dentro de la historia universal: En Asiria, una revuelta pone en el trono a Tiglat Piléser III (también llamado Pul; 744-727 a.C., aproximadamente), quien introdujo importantes reformas políticas y militares: centralizó el poder tras reducir la autoridad de los gobernadores de las provincias y la de la aristocracia, mediante la creación de pequeñas unidades administrativas. Desde el punto de vista de su política externa, desde inicios de su reinado intentó controlar a los pueblos vecinos; de hecho, se proclamó rey de Babilonia en 728 a.C. Tras su muerte, lo sucedió su hijo Salmanasar V, quien derrotó a Egipto y conquistó Samaria en 721.
Por otra parte, en Egipto gobernaban las dinastías XXIV y XXV.