Introducción
De qué trata: De algún modo, es la reinterpretación de los libros de Samuel y Reyes, para transmitir un mensaje renovado a sus lectores originales, es decir, aquellos que volvieron del cautiverio en Babilonia para reconstruir Jerusalén. Puede organizarse en dos secciones y una conclusión. La primera (caps. 1—9) narra el reinado de Salomón hasta su muerte. La segunda parte (10.1—36.21) relata la historia del reino de Judá, desde Roboán hasta la destrucción de Jerusalén y la deportación a Babilonia. La conclusión (36.22-23) es una referencia a Ciro, el persa, y su decreto que autorizaba el regreso de los judíos a Jerusalén.
Autor: Anónimo. La tradición lo atribuye a Esdras. Sin embargo, no puede darse una identificación exacta del autor, por eso suele hablarse de él como el «Cronista».
Fecha de escritura: No se conoce la fecha precisa, pero se sabe que 2 Cr 36.20 hace referencia al reino de Persia, de modo que el libro no puede ser anterior a 539 a.C.; por otro lado, documentos extrabíblicos de mediados del siglo II a.C. mencionan a Crónicas. Todo ello permite afirmar que Crónicas pudo haberse escrito entre 539 y 150 a.C.
Período que abarca: Describe el reinado de Salomón y el posterior levantamiento de las tribus del norte, hasta el establecimiento del reino de Israel independiente del reino de Judá. A continuación, se relatan los hechos de los reyes de Judá, hasta la caída y destrucción de Jerusalén, su capital. Finalmente, el capítulo 36 narra brevemente la destitución y cautiverio de Joacaz, describe el exilio en Babilonia, y menciona el decreto de Ciro, que autorizaba el regreso de los judíos a Jerusalén.
Ubicación dentro de la historia universal: La monarquía, que había comenzado con Saúl hacia mediados del siglo XII a.C., había llegado a su fin con la destrucción de Jerusalén (586 a.C.), y la vida de los judíos ya no era la de antes del destierro. Los repatriados ya no conformaban un estado independiente, sino que eran parte de una nación sometida, vasalla del imperio persa.