Textos bíblicos: Isaías 40.1-15, 25-31
Cuando algo nos duele o nos lastima esperamos que quien esté cerca pueda ayudarnos y consolarnos. Dios no es indiferente a tu dolor, a él le importa lo que te duele y está dispuesto a consolarte el tiempo que sea necesario para que recuperes tu fuerza. Eso le pasaba al pueblo de Israel en la siguiente lectura.
Escúchalo y responde esta pregunta:
¿En qué quisieras que Dios consuele tu corazón?
Mientras escuchas, puedes seguir esta lectura con el libro «Siempre conmigo 365»