Introducción
De qué se trata: En este escrito, que formalmente se parece más a una homilía que a una carta, alternan enseñanzas teológicas y recomendaciones prácticas. Desde lo teológico, sobresale la supremacía de Jesucristo, que es la palabra de Dios encarnada; la muerte y la resurrección de Jesús son el cumplimiento de la Ley y del sacerdocio; y Jesucristo, el perfecto Sumo sacerdote.
En cuanto a los consejos prácticos, pueden señalarse las advertencias sobre la apostasía y el pecado (2.1-4; 4.11-13) y las palabras en vistas a alentar a los lectores en medio del temor y sufrimiento de la vida (10.19-25; 12.1-13).
Autor: Anónimo; aunque se evidencia que se trata de una persona culta, posiblemente de origen judío, dado su conocimiento del Antiguo Testamento.
Fecha de escritura: Al desconocerse el autor, es difícil datar el escrito; sin embargo, por evidencia interna se puede conjeturar la década del 60 o tal vez la del 70. El único dato cierto es que Timoteo aún vivía y había sido liberado de prisión (13.23).
Período que abarca: Se sabe que la iglesia ha sufrido persecuciones (10.32-34), lo cual lleva a pensar en la expulsión de los judíos de Roma, bajo el emperador Claudio (49 d.C.), o el comienzo de la guerra judeo-romana (66 d.C.) o incluso en el tiempo del emperador Nerón (67-68 d.C.).
Ubicación en la historia universal: Por la evidencia interna se infiere que las comunidades cristianas estaban viviendo tiempos conflictivos, en parte originados en su propio seno y en parte provocados por la presión moral del medio ambiente y la hostilidad del entorno social (12.1-2,4). Asimismo, se advierte que algunos creyentes estaban cayendo en el desánimo y abandonaban la fe (2.1-4; 5.11—6.12; 10.23-27,32-39; 12.1-11).