Introducción
De qué trata: En hebreo se llama Qohelet (el Predicador) y es un texto sapiencial que transmite la sabiduría de alguien que ha vivido, experimentado y observado mucho, y ha acumulado sabiduría de vida práctica. Más allá de su leit motiv «¡Vanidad de vanidades! ¡Todo es vanidad!», la clave del libro parece estar resumida en el consejo: «Cuando te llegue un buen día, disfruta de él; y cuando te llegue un mal día, piensa que Dios es el autor de uno y de otro, y que los mortales nunca sabremos lo que vendrá después» (7.14). En el cierre del libro se refleja la máxima enseñanza: «Teme a Dios, y cumple sus mandamientos. Eso es el todo del hombre» (12.13b).
Autor: La tradición lo atribuye a Salomón (1.1). Sin embargo, un estudio interno del libro avala la teoría de un escritor que debió de vivir entre los siglos IV y III a.C., muy probablemente perteneciente a la clase alta ilustrada, con cierta influencia de la cultura helenística, que pudo haber escrito desde Alejandría o desde Jerusalén.
Fecha de escritura: La hipótesis más aceptada actualmente habla de un autor del siglo IX a.C., a cuyo escrito fueron sumando otros escritores hasta la versión final que dataría de los siglos IV a III a.C.
Período que abarca: La hipótesis más aceptada actualmente ubica el escrito en la Palestina helenística, es decir, posterior a las conquistas de Alejandro Magno, pero anterior a la revuelta macabea de 167-160 a.C.
Ubicación dentro de la historia universal: La helenización del mundo antiguo fue el resultado de las conquistas de Alejandro Magno, rey macedonio que en el año 334 a.C. se lanzó contra el imperio persa y a su muerte, acaecida en 323 a.C., había extendido el territorio griego hasta el valle del Indo y hasta Egipto, y cambiado por completo la estructura política y cultural. A este período (323-30 a.C.) se lo conoce como Período helenístico.