Introducción
De qué trata: No hay acuerdo entre los biblistas en la cantidad de profecías que contiene el libro: algunos sostienen que hay cuatro; otros, cinco. Pero lo cierto es que el mensaje es una exhortación directa a Zorobabel y a Josué (1.1) a retomar la reconstrucción del templo de Jerusalén. Dios está dispuesto a bendecirlos (1.8; 2.6-9,20-30), pero si la orden divina no se obedece, sequía y pobreza esperan al pueblo de Dios (1.9-11).
Autor: Anónimo.
Fecha de escritura: Puesto que está narrado en tercera persona y se alude a Hageo como «el profeta», algunos biblistas piensan que se trata de una crónica posterior al ministerio de Hageo.
Período que abarca: Hageo es el primer profeta del regreso de la cautividad y es claro en cuanto al breve período de su ministerio: comienza «el día primero del mes sexto del año segundo del rey Darío» (1.) y se extiende hasta el veinticuatro del mes noveno. Es decir, unos pocos meses del 520 a.C.
Ubicación dentro de la historia universal: En 538 a.C., Ciro el persa promulgó el edicto que permitía a los judíos regresar a su tierra (2 Cr 36.22-23; Esd 1.1-4). Aunque las obras de reconstrucción del templo comenzaron con entusiasmo, pronto surgió el desaliento a causa de los muchos obstáculos que debían enfrentar. A tal punto llegó el desánimo que las obras del templo quedaron totalmente paralizadas, aunque en paralelo se edificaban suntuosas casas particulares. Tras la muerte de Ciro (529 a.C.), su hijo Cambises ascendió al trono. Fue un monarca cruel e injusto, así que la rebelión no tardó en producirse. Tras su muerte le sucedió Darío I, que logró pacificar el imperio. Fue en medio de estos años turbulentos que predicó Hageo pidiendo la intervención de Dios.