CADA DÍA UN POCO

Cada día un poco

«Pero esforzaos vosotros, y no desfallezcan vuestras manos, pues hay recompensa para vuestra obra.» (2 Crónicas 15.7)

 

CADA DÍA UN POCO

Marcelo siempre recordará el consejo que le dio uno de sus profesores cuando comenzó a estudiar en la universidad: «Todos los días estudia un poco y así lograrás el éxito en cada examen. ¡Nunca dejes tus lecturas para último momento!»

¡Qué gran verdad! Porque todo lo que deseamos alcanzar en la vida tiene un precio.

Si queremos comprar algo, primero debemos juntar el dinero. Si deseamos aprender a tocar un instrumento, primero debemos buscar un buen maestro, seguir sus instrucciones y practicar muchas veces. Si anhelamos recibir un diploma, primero tendremos que cursar y aprobar cada una de las materias.

Algunas personas buscan fórmulas «mágicas» para lograr lo que desean. Creen en quienes prometen que tendrán un cuerpo estupendo sin hacer ejercicios, que desarrollarán su inteligencia sin estudiar, que saldrán de la pobreza sin trabajar ni ahorrar, que serán mejores cristianos sin orar ni leer la Biblia… ¡Tonterías!

Los sueños y las metas que nos proponemos siempre deben ir acompañados por la decisión de hacer nuestra parte cada día.

Por eso, la manera más efectiva para alcanzar lo que queremos sigue siendo la misma: no dejar para mañana lo que podemos hacer hoy, poner empeño en las tareas y hacer a diario lo que debamos para cumplir nuestros sueños.

¡Cada día un poco!

Sumérgete:  No les creamos a quienes nos digan que es posible triunfar sin hacer lo que haya que hacer. Como dijo alguien alguna vez: «El único lugar donde “éxito” está antes que “trabajo” es en el diccionario.»

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