La Escritura provee palabras para orar por tus hijos
Por Sarah Ortiz
¿Recuerdas la primera vez que pusieron a ese bebé en tus brazos? ¿Puedes recordar el olor de su piel y la sensación incomparable de sus pequeños dedos alrededor de los tuyos? ¿Recuerdas los sueños que tuviste para ella o los planes que tuviste para él?
Seguramente recuerdas cómo crecieron… esa primera risita, esos primeros pasos, el primer día en el jardín de infantes, la primera cita. ¡Estos son tiempos llenos de esperanza!
Sin embargo, como padre, es difícil ignorar el mundo aterrador en el que vivimos. Las noticias están llenas de historias de violencia y terror. Nuestros hijos enfrentan la tentación como ninguna otra generación, y es tan difícil saber que no podemos protegerlos de los problemas de la vida. Sin embargo, podemos ser proactivos guardando sus mentes, cuerpos y espíritus en oración.
A continuación hay algunos versículos que te guiarán mientras oras:
1. Señor, protégelos.
El Señor te cubrirá con sus plumas, y vivirás seguro debajo de sus alas. ¡Su verdad es un escudo protector! (Salmos 91:4).
2. Señor, dales sabiduría.
Por tanto, ¡cuidado con su manera de vivir! No vivan como necios, sino como sabios. Aprovechen bien el tiempo, porque los días son malos. No sean, pues, insensatos; procuren entender cuál es la voluntad del Señor (Efesios 5:15–17).
Señor, ayúdalos a resistir la tentación.
3. Señor, ayúdalos a resistir la tentación
A ustedes no les ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero Dios es fiel y no permitirá que ustedes sean sometidos a una prueba más allá de lo que puedan resistir, sino que junto con la prueba les dará la salida, para que puedan sobrellevarla (1 Corintios 10:13).
Señor, guíalos
4. Señor, guíalos
Por esto nosotros, desde el día que lo supimos, no cesamos de orar por ustedes y de pedir que Dios los llene del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que vivan como es digno del Señor, es decir, siempre haciendo todo lo que a él le agrada, produciendo los frutos de toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios (Colosenses 1:9–10).
5. Señor, dales el deseo de conocerte más
Enséñame, Señor, tu camino, para que camine yo en tu verdad. Dale firmeza a mi corazón, para que siempre tema tu nombre (Salmos 86:11).
Originalmente publicado en inglés en el Bible Blog de American Bible Society el 15 de enero de 2015.