«Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza…» (Gálatas 5.22-23a)

¿Cómo podemos darnos cuenta si nos parecemos más a Jesús? Ahí va una lista de preguntas que podemos hacernos cada día antes de dormir:
- Amor. ¿Amamos a los demás como a nosotros mismos?
- Alegría. ¿Somos personas quejosas? ¿La tristeza gobierna nuestros pensamientos?
- Paz. ¿Qué hacemos cuando nos enfrentamos a los pleitos? ¿Buscamos soluciones en vez de problemas?
- Paciencia. ¿Dejamos que la ansiedad nos domine? ¿Nos irritamos si debemos esperar para conseguir algo?
- Amabilidad. ¿Logramos que la gente nos quiera o hacemos que nos eviten a causa de nuestro mal genio?
- Buen trato. ¿Cómo tratamos a nuestros mayores, compañeros y amigos? ¿Bien, o más o menos?
- Confianza en Dios. ¿Hablamos con Dios cada día? ¿Creemos en sus promesas?
- Humildad. ¿Hablamos de nosotros y de nuestros logros todo el tiempo?
- Control propio. ¿Les decimos que sí a las tentaciones o evitamos hacerles caso?
Algunas personas creen que seguir a Jesús es usar palabras piadosas, vestirse como religiosos, asistir a muchas reuniones en la iglesia y utilizar todo tipo de elementos que los demás puedan ver. No son cosas malas, es cierto, pero la vida espiritual es mucho más que eso.
Lo que hagamos en la intimidad será la clave del éxito en nuestra vida. Nuestra oración y la lectura de la Biblia se verán reflejadas en las decisiones que tomemos. ¡Y Dios nos ayudará para que cada día seamos mejores personas! ¡Parezcámonos más a Jesús cada día!
Sumérgete: Seguir a Jesús es la alegría más grande que una persona puede tener. Cuando leamos en la Biblia acerca de sus palabras y sus actitudes, pidámosle a Dios que nos ayude a seguir su ejemplo.