Cómo estudiar la Biblia Parte 1

Cómo estudiar la Biblia

Siguiendo artículos anteriores sobre métodos de estudio bíblico, en el presente artículo explicaremos de manera práctica cómo estudiar una palabra de la Biblia. A modo de ejemplo, analizaremos la palabra «avaros» de 1 Corintios 6.9-10.

Por Jorge Juan Olivera

El texto bíblico dice:

6 9 «¿Acaso no saben que los injustos no heredarán el reino de Dios? No se equivoquen: ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se acuestan con hombres, 10ni los ladrones, ni los “avaros”, ni los borrachos, ni los malhablados, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.»

Como dato para tener en cuenta buscaremos el significado de la palabra en dos diccionarios de uso común, el diccionario de la real Academia Española, vigésima segunda edición, que dice: «Afán desordenado de poseer y adquirir riquezas para atesorarlas». Y un diccionario de sinónimos presenta como primera opción la palabra «codicia». Si bien no basaremos nuestro estudio en estos significados, sí los tendremos en cuenta a medida que avanzamos. Ya tenemos una definición simple y un sinónimo válido. Ahora sí, comencemos con el estudio.

Cómo estudiar la Biblia
Imagen provista por Fa Barboza-Unplash

Contexto inmediato

Hay una frase que expresa claramente la importancia del contexto en el estudio de la Biblia: «El contexto es rey».

Primero, nos abocaremos al contexto inmediato, que nos podrá dar pistas del significado de la palabra. Por lo tanto, es lo primero que analizaremos. ¿Qué dice antes o después del texto elegido que pueda iluminar el significado de la palabra a estudiar?

Debemos reconocer que el pasaje por sí solo arroja poca luz sobre el significado de la palabra avaros. Pero hay algo que podemos aprender del contexto: ¡Avaros está en muy mala compañía!

Un pecado que muchos de nosotros consideraríamos bastante común y no tan malo, está en una misma lista con idolatría, adulterio, homosexualidad y robo.

También el contexto nos permite ver que Dios lo toma muy seriamente pues un avaro no heredará el reino de Dios.

Algo más de observar en el contexto es que todo el pasaje (1 Corintios 6.1-11) está hablando sobre los cristianos que llevan a juicio a sus hermanos.

Otro elemento importante del contexto es que Pablo hace una pregunta: «¿No sería mejor dejar que los defrauden?»

En otras palabras, avaros no es una aparición casual en una lista de cosas terribles, sino que Pablo lo tenía como muy importante en su razonamiento.

Uso dentro del libro

Otro elemento a tener en cuenta relacionado al estudio de la palabra, es el uso de la misma dentro de un contexto mayor, todo el libro; en este caso, la Primera Carta a los Corintios. Muchas veces, un mismo término utilizado dentro de un mismo libro de la Biblia puede darnos más información sobre qué pensaba el autor acerca del término. Aquí deberemos utilizar una concordancia bíblica.

  • 1 Corintios 5.10-11  10«Y no me refiero a que se aparten del todo de los libertinos mundanos, o de los «avaros», o de los ladrones, o de los idólatras, pues en este caso tendrían que salirse de este mundo. 11Más bien les escribí que no se junten con los que se dicen hermanos pero son libertinos, “avaros”, idólatras, insolentes, borrachos y ladrones. Con esa gente, ni siquiera coman juntos.»

El uso que Pablo le da al término aquí refuerza la idea de que el pecado de avaricia —sea el que fuere, pues todavía no tenemos un resultado de nuestra investigación— es muy serio. Es incluido aquí en una similar lista de pecados, y somos advertidos para no tener nada que ver con personas que «llamándose cristianos» son avaros.

Otros usos del mismo autor

Aun fuera del libro de la Biblia bajo estudio, muchas veces podemos obtener una información valiosa al ver de qué manera el mismo autor —en nuestro caso, Pablo— utiliza la misma palabra en otros libros de su autoría. Es decir, en un contexto más amplio. Aquí también deberemos utilizar una concordancia bíblica.

Efesios 5.5

Ustedes bien saben que ninguno que sea libertino, inmundo, o «avaro» (es decir, ningún idólatra), tendrá parte en el reino de Cristo y de Dios.

En este caso, el término y su contexto nos ayudan a definir el término. Pablo identifica la avaricia con la idolatría. Uno que es avaro está adorando a alguien o a algo aparte de Dios. ¡No en vano Pablo trata este pecado tan seriamente!

En el mismo pasaje (Efesios 5.3) encontramos la palabra avaricia. Buscando a través de la Concordancia encontraremos que la misma familia de palabras está presente en listas de pecados —según ya vimos. También veremos que avaricia está ligada a listas de pecados sexuales, ¿tendrá algo que ver con la avaricia sexual?

En Colosenses 3.5 dice: «Por lo tanto, hagan morir en ustedes todo lo que sea terrenal: inmoralidad sexual, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y «avaricia». Eso es idolatría.»

Otra vez Pablo dice que la avaricia es idolatría. Y para que no queden dudas, añade en el versículo siguiente: «Por cosas como estas les sobreviene la ira de Dios a los desobedientes». ¿Está hablando de un comportamiento o de una actitud?

Pablo nos ayuda a comprender que la avaricia es un pecado terrible y que es una forma de idolatría. Puede ser vista en una persona que defrauda a otra o que pelea equivocadamente para defender o recuperar sus posesiones. A menudo se la relaciona con pecados sexuales, pero todavía no tenemos una definición.

Usos por otros autores

Recordando que avaricia es sinónimo de codicia, veremos qué nos dice el Apóstol Pedro al respecto. Aquí también utilizaremos una concordancia.

En 2 Pedro 2.14-15 leemos:

2 14«Su mirada está cargada de adulterio, no se cansan de pecar, seducen a los pusilánimes, su corazón está habituado a la codicia; ¡son hijos de maldición! 15Se han apartado del camino recto, se han extraviado por seguir el camino de Balaam hijo de Beor, que tanto amó el premio de la maldad.»

Aquí encontramos una pista valiosa para comprender el significado de nuestra palabra. Pedro hace referencia a Balaam, personaje del Antiguo Testamento (AT), y allí debemos ir en busca de una definición.

Muchas ideas del Nuevo Testamento (NT) tienen fundamentos que provienen del AT. Balaam fue un ejemplo excelente sobre avaricia. Sus luchas, derrotas y destrucción a causa de la avaricia nos permiten graficar el significado del término y el resultado de aquel pecado.

Para ahondar en el ejemplo de Pedro en cuanto a Balaam, sería bueno leer Números 22-24.

Usos del AT

Cómo estudiar la Biblia
Imagen provista por Oscar Ivan Esquivel Arteaga-Unplash

Aquí también usamos la concordancia. Ni bien comenzamos a indagar en el AT tenemos lo siguiente:

Éxodo 20.17: «No codiciarás la casa de tu prójimo: no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.»

Josué 7.21: «Pues yo vi entre los despojos un manto babilónico muy bueno, doscientos siclos de plata y un lingote de oro de cincuenta siclos de peso, lo cual codicié y tomé.»

Una definición está empezando a emerger del uso de la palabra en el AT: «Desear algo que no es correctamente nuestro».

La misma idea se refuerza de otros usos del AT. Por ejemplo:

Proverbios 21.26: «El codicioso codicia todo el día; el justo da sin retener su mano». Aquí la avaricia es definida por su opuesto.

El profeta Miqueas arroja más luz sobre el término:

Miqueas 2.1-2: «¡Ay de los que en sus camas piensan iniquidad y maquinan el mal, y cuando llega la mañana lo ejecutan, porque tienen en sus manos el poder! Codician campos y los roban; casas, y las toman; oprimen al hombre y a su familia, al hombre y a su heredad.»

Una nueva dimensión es agregada en Salmos 10.3: «El malo se jacta del deseo de su alma, bendice al codicioso y desprecia a Jehová». No solamente debemos alejarnos de la codicia sino que tenemos que unirnos a Dios, quien detesta al codicioso.

Los profetas advierten en contra de la codicia y la conectan constantemente con otros pecados.

Luz provista por diccionarios y enciclopedias

Cómo estudiar la Biblia
Imagen provista por Unplash

Siempre es bueno tener a mano algún diccionario bíblico que pueda darnos luz sobre lo que estamos buscando. En este caso utilizaremos dos.

Codicia: Los hebreos consideraban que el alma estaba llena de vigorosos deseos que lo urgían a extender su influencia hacia otras personas y cosas. Tenían los vocablos chamad, desear las posesiones del prójimo (Dt. 5.21; Mi. 2.2), betsa, el deseo de ganancias deshonestas (Pr. 28.16; Jer. 6.13), y taavah, deseo egoísta (Pr. 21.26). Estos vocablos se traducen «codicia» o «avaricia». En el AT la codicia estaba prohibida (Ex. 20.17), y en Jos. 7.16–26 Acán es apedreado por este crimen.

El término griego epidsumía expresa cualquier deseo intenso que, si se orienta mal, puede concentrarse en el dinero, como sucedió en Hch. 20.33; 1 Ti. 6.9; Ro. 7.7. El griego pleonexia generalmente expresa una despiadada agresividad, 2 Co. 2.11; 7.2, que se aplica a las posesiones en Lc. 12.15, y que es repudiada por Cristo en Mr. 7.22. Esta palabra se asocia a menudo con la inmoralidad en listas de vicios (Ef. 4.19; cf. Filón), y, siendo en esencia un culto a uno mismo, se caracteriza en Ef. 5.5 y Col. 3.5 como la manifestación suprema de la idolatría. En 2 Co. 9.5 y 2 P. 2.3 puede traducirse «avaricia» (cf. °vm). El griego zélos se utiliza en 1 Co. 12.31 para indicar un intenso deseo por los dones espirituales; pero en Stg. 4.2 describe una lucha carnal de extraordinaria vileza. (Diccionario Bíblico Certeza).

Codicia: Codiciar es desear lo que no nos pertenece. En el Antiguo Testamento, la codicia es una ofensa a Dios. El decálogo prohíbe el robo, el deseo de los bienes ajenos y el codiciar a la mujer ajena. Es pecado no saber renunciar, por obediencia a Dios, a lo que en sí mismo podría ser un deseo natural y legítimo (Nm 11.4ss), y pecado es el deseo de satisfacción sexual fuera del matrimonio (Gn 39.7ss). El justo debe dominarse en la esfera sexual (2 S 11.2; Job 31.1).

La palabra griega que algunas veces se traduce «codicia» aparece cincuenta y tres veces en el Nuevo Testamento, tanto en forma verbal epidsumeo, como sustantiva epidsumia. Su raíz griega es dsumós, «aquello que pulsa, hierve y bulle, en primera instancia la sangre y el corazón como sitios en los que están ubicadas las emociones» (clave lingüística del Nuevo Testamento. Elaborada por isedet). Aparece más en las Epístolas que en los Evangelios. Se emplea a veces para referirse al deseo que el hambre provoca (Lc 15.16; 16.21) o a un anhelo legítimo (Lc 22, 15; 1 Ts 2.17; Ap 9.6). Pero la mayoría de las veces denota un deseo malo de algo que no es bueno. Pablo utiliza el término en 1 Co 10.6 en el sentido de deseo pecaminoso (cf. Ro 13.9; Gl 5.24).

La codicia es una manifestación del pecado que hay en el hombre y que lo domina. Para Pablo este deseo es consecuencia de la prohibición del pecado (Ro 7.7s). El Nuevo Testamento predica arrepentimiento, el cual conduce a la resolución de negarse a sí mismo (Mt 15.24; Ro 6.11ss). Incluso después de haber recibido el Espíritu Santo, la codicia sigue siendo un peligro y hay que combatirla (Gl 5.17). (Diccionario ilustrado de la Biblia).

Resumen de los resultados de la búsqueda:

  • Definición – Avaricia o codicia implica buscar algo, alguna posición, algún reconocimiento o algún placer que no esté dentro de la voluntad de Dios.
  • Problemas a resolver – El problema principal es definir precisamente el grado de avaricia implicado cuando este pecado es nombrado en la misma lista de los pecados graves que evitan que alguien herede el reino de Dios. ¿Es simplemente el deseo por algo que uno no tiene? ¿Es una manera de vida motivada por la avaricia? ¿Son ambas? ¿Algo intermedio?
  • Aplicación – Como hemos visto a lo largo de este estudio, las aplicaciones son muchas. Algunos ejemplos podrían ser: La avaricia es un pecado tan terrible que separa al hombre de Dios, destruye la comunidad, rompe la hermandad en la Iglesia, es el justo objeto de la disciplina de la Iglesia y trae la ira de Dios sobre la humanidad. Es una tentación especial en el ministerio cristiano y es una forma de idolatría pues substituye o elige a las cosas en lugar de al Dios vivo.
Cómo estudiar la Biblia
Imagen provista por Unplash

A modo de resumen, veamos los pasos a seguir para el estudio de una palabra bíblica:

  1. Observar el contexto inmediato
  2. Descubrir otros ejemplos de la palabra dentro del libro
  3. Usos de la palabra en otros libros del mismo autor
  4. Uso de la palabra por otros autores
  5. Raíces del AT de palabras del NT
  6. Uso no bíblico

Otras fuentes fuera del contexto pueden ser:

  1. Raíces históricas de la palabra en Léxicos y Comentarios
  2. Sinónimos y antónimos que puedan arrojar luz sobre el significado

Después de estudiar una palabra, puede ser útil poner los resultados en el siguiente formato:

  1. Defina la palabra tan concisamente como sea posible. La definición no debe ser confinada al significado en un solo pasaje bíblico.
  2. Haga una lista de problemas que todavía deben ser resueltos.
  3. Haga una lista de las referencias bibliográficas que consultó (libros, revistas, periódicos, etc.) a fin de poder volver a sus fuentes si hiciera falta en el futuro.

Anote todos los pensamientos devocionales, aplicaciones y materiales para sermones que pueden haber derivado de su estudio.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio