Su origen
– Su inspiración
Hay dos pasajes claves en el Nuevo Testamento sobre el tema de la inspiración:
- 2 Timoteo 3.16:«Toda Escritura está inspirada por Dios y es útil para enseñar y reprender, para corregir y educar en una vida de rectitud».
La frase «inspirada por Dios» en griego es una sola palabra (theopneustos) con la idea de que fue por Dios expirada. Esto es que la Sagrada Escritura fue expirada por Dios e inspirada dentro de la mente de los hombres por el Espíritu Santo.
- 2 Pedro 1.21: «…porque los profetas nunca hablaron por iniciativa humana; al contrario, eran hombres que hablaban de parte de Dios, dirigidos por el Espíritu Santo».
Los escritores humanos de la Biblia fueron guiados por el Espíritu Santo a un nivel más alto de entendimiento espiritual, así podían recibir la verdad divina y comunicarla a todos los hombres.
Estos pasajes sugieren tres niveles de inspiración:
- La verdad eterna – No pudo ser conocida por el intelecto humano y que debió ser «expirada por Dios e inspirada» en la mente y el corazón de los hombres
- Dictada – Algunas partes de la Biblia parecen haber sido dictadas, como en el caso de la Ley que Dios dio a Moisés en el monte Sinaí.
- Dirección divina – Otras partes de la Biblia fueron administradas a los autores humanos bajo dirección divina. Aquí se incluirían pasajes como las genealogías y otros documentos en los que los autores fueron guiados por el Espíritu Santo para hacer que los incluyan en sus escritos.
Es importante resaltar que la inspiración divina también se encuentra presente en la lectura de aquellos que leen la Palabra inspirada, pues Dios inspira y asiste sobrenatural y continuamente a aquellos que se acercan a ella en búsqueda de dirección, consuelo y salvación.
– Un libro divino y humano
La Biblia es un libro divino y humano, así como Cristo es una Persona divina y humana. Esta es la clave que permite entender la verdadera naturaleza de las Escrituras. Dios pudo haber enviado a Jesús sin necesidad de su nacimiento humano. Pero, entonces, el cuerpo de Jesús habría sido, simplemente, un estuche que cobijara la naturaleza divina.
Pero, en su sabiduría, Dios no quiso que fuera de esa manera. Él hizo que naciera de mujer. Jesús, entonces, mostraba las características humanas sin perder su condición divina. Jesús era tanto Dios como hombre.
Con la Biblia sucede lo mismo. Dios pudo haber enviado desde el
cielo un libro completamente terminado, con una revelación completa. Pero él no eligió hacer eso. En su lugar, la luz de la revelación divina cayó sobre Moisés, David, Pablo, Juan, y muchos otros. El resultado es la revelación inspirada por Dios y escrita por los hombres conteniendo la verdad de Dios para el hombre.
Estos hombres escribieron sobre pieles de ovejas y de cabras, sobre papiros y cueros. Escribieron los pensamientos de Dios tan bien como pudieron entenderlos con la ayuda del Espíritu Santo.
– Las páginas aparecen
Tradicionalmente los cinco primeros libros de nuestra Biblia son asignados a Moisés. Para el material registrado en Génesis, Moisés tuvo que depender en la tradición oral, pasada de generación en generación y con la inspiración directa del Espíritu Santo. En lo que respecta a la creación del mundo y la vida, esta información debió haber sido dada por inspiración divina, pues nadie estaba presente para ver aquellos eventos para luego relatarlos.
En relación a Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio, Moisés fue el hombre más involucrado. Nadie pudo haberlos escrito mejor que él.
– Los libros se multiplican
Josué fue el sucesor de Moisés, y el sexto libro del Antiguo Testamento lleva su nombre. Este libro nos cuenta los grandes logros del pueblo de Israel en su conquista de la Tierra Prometida.
De ahí en más, vendrían varios libros históricos, luego poéticos y luego histórico-proféticos que muestran a las claras la inspiración divina en los escritos del Antiguo Testamento.
– El Nuevo Testamento es escrito
El Nuevo Testamento es la segunda parte de la revelación escrita de Dios a los hombres. No es una historia aparte, sino la continuación secuencial de lo comenzado en el Antiguo Testamento.
Los Evangelios muestran los hechos más importantes de la vida de Jesús, su nacimiento, su vida, su muerte, su resurrección y, su ascensión, así como su ministerio y palabras más importantes.
Los Hechos de los apóstoles muestran a la iglesia continuando el ministerio de Jesús y el comienzo de la expansión de la iglesia.
Las cartas nos ayudan a entender los fundamentos del desarrollo de la iglesia.
El Apocalipsis nos permite atisbar los tiempos futuros con la más completa concreción de todas las profecías bíblicas que permitirán confirmar nuestra confianza en la inspiración de las Escrituras.
Su preservación
En realidad, la Biblia es una biblioteca de 66 libros escritos a lo largo de un período de aproximadamente 1500 años. Los 39 libros del Antiguo Testamento tomaron cerca de 1000 años. Los 27 libros del Nuevo Testamento fueron escritos en un período de 50 años.
Cerca de 40 escritores estuvieron involucrados en producir esos 66 libros. ¿Cómo fue que finalmente terminaran siendo un solo volumen llamado «La Biblia»?
La palabra «Biblia» viene del griego, plural, y significa «Los Libros». Entonces, ¿cómo fue que «Los Libros» se convirtieron en «El Libro»?
– El canon del Antiguo Testamento
Por «canon» entendemos una lista de libros oficialmente aceptados.
El canon evangélico del Antiguo Testamento es igual al canon
Hebreo aceptado por los judíos como constitutivo de las «Santas Escrituras».
El canon católico del Antiguo Testamento es más largo, pues incluye 14 libros, o partes de libros, que no están presentes en los cánones mencionados. ¿Por qué esa diferencia?
El canon hebreo
La base del canon hebreo es la Torá o Ley de Moisés, que consiste en los primeros 5 libros del Antiguo Testamento. Luego vienen los Profetas y, finalmente, los Escritos que incluían a los Libros Poéticos (Job, Salmos y Proverbios), Los Cinco Rollos (Cantares, Rut, Lamentaciones, Eclesiastés y Ester), y los Tres Libros Históricos (Daniel, Esdras-Nehemías, y Crónicas).
¿Cuándo y por qué los judíos establecieron oficialmente su canon?
La Ley había sido usada desde tiempos antiguos y aceptada como de inspiración divina. Los libros de Los Profetas fueron aceptados como sagrados en el tiempo de su aparición. En cuanto a Los Escritos tomó más tiempo aceptarlos como parte del canon. Los acontecimientos del año 70 de nuestra era, con la caída de Jerusalén y el templo, apuraron a tomar los pasos necesarios para el establecimiento definitivo del canon.
Hubo también otro factor de suma importancia. Los escritos cristianos comenzaron a aparecer —las epístolas de Pablo, las otras cartas y, especialmente, los Evangelios.
El resultado de todo esto fue que en el Concilio de Jamnia, en el año 90 de la era cristiana, los rabinos establecieron oficialmente los límites del canon hebreo. Quedaron incluidos los 39 libros de la Biblia hebrea presente, dividida en la Ley, los Profetas y los Escritos.
Los Apócrifos
Algunas Biblias antiguas tienen, entre los dos Testamentos, otros libros o partes de libros. Son los llamados «Apócrifos».
El término significa «escondidos». Los que defienden estos libros dicen que fueron sacados del uso común porque contienen sabiduría secreta, que debe ser conocida solo por los expertos.
Aquellos que los rechazan dicen que fueron escondidos porque son espurios. Jerónimo (siglo iv) fue el primero en denominarlos «Apócrifos».
Estos libros fueron, aparentemente, escritos durante tres siglos, desde el siglo ii a.C. hasta el siglo id.C.
En la Septuaginta (versión griega del AT) y en la Vulgata latina estos libros estaban distribuidos en todo el Antiguo Testamento. Teniendo en cuenta que no figuraban en la Biblia hebrea, Martín Lutero fue el primero en separarlos, cuando en 1534 completó su traducción de la Biblia al alemán.
A partir de estos conceptos, la línea protestante continuó con su Biblia sin la inclusión de los Apócrifos, teniendo en cuenta que no estaban en el canon hebreo, y la Iglesia Católica Apostólica Romana los aceptó, pues ya estaba incluidos en la Septuaginta, aproximadamente 300 años antes del Concilio de Jamnia, en el año 90.
– El Canon del Nuevo Testamento
Aproximadamente en el año 140 de nuestra era, un hereje llamado Marción adoptó como su Nuevo Testamento 10 Epístolas de Pablo (excluía las Cartas Pastorales) y un mutilado Evangelio de Lucas (sin los dos primeros capítulos). También rechazó todo el Antiguo Testamento. Para contrarrestar su influencia, la iglesia cristiana vio necesario fijar los límites de su canon.
En el otro extremo al de Marción, ciertas iglesias orientales estaban leyendo, en reuniones públicas, algunos libros apócrifos del Nuevo Testamento como parte de las Escrituras.
El tercer factor fue el edicto de Diocleciano, en el año 303 d.C., demandando la destrucción de todos los libros sagrados del cristianismo.
¿Arriesgarían sus vidas los cristianos por un libro que no era, realmente, inspirado por Dios?
Se cree que el único escrito genuinamente cristiano del siglo i que tenemos, aparte del Nuevo Testamento, es la primera epístola de Clemente de Roma, escrita cerca del 95 d.C. Contiene referencias de Mateo, Romanos y Corintios ; y muchas alusiones a Hebreos.
Los primeros Padres de la iglesia del siglo ii, como Ignacio y
Policarpo, muestran un amplio conocimiento de las epístolas de Pablo, algunos de los Evangelios, 1 Pedro y 1 Juan. Este uso del Nuevo Testamento creció constantemente hasta la mitad del siglo II.
Durante el siglo iii, hubo considerable disputa sobre 7 libros de nuestro Nuevo Testamento (Hebreos, Santiago, 2 Pedro, 2 y 3 Juan, Judas y Apocalipsis). La incertidumbre continuó hasta el siglo iv. La primera lista exacta del Nuevo Testamento tal como lo conocemos hoy en día, la encontramos en el año 367.
Finalmente, cerca del final del siglo iv, en el año 397, el Concilio de Cartago decretó que solo libros «canónicos» deberían ser leídos en las iglesias. Por lo tanto, se procedió a hacer una lista con los 27 libros de nuestro Nuevo Testamento. Desde aquel día, el cristianismo adoptó los actuales libros del Nuevo Testamento como canónicos y divinamente inspirados.
Su transmisión
No tenemos ni siquiera una copia original de ningún libro de la Biblia. Este simple factor demanda una investigación cuidadosa del texto del Antiguo como de Nuevo Testamento.
¿Podemos estar absolutamente seguros de que los libros que componen nuestras Biblias son copias auténticas de los libros que componen el canon bíblico?
– El texto del Antiguo Testamento
Somos afortunados de vivir en una era caracterizada por los descubrimientos arqueológicos. Hubo tiempos cuando los eruditos decían que Moisés no pudo escribir sus libros porque en su tiempo la escritura no existía. Pero, como en otros muchos casos, la arqueología moderna ha acallado para siempre estos argumentos.
En estos tiempos se han descubierto una infinidad de escritos mesopotámicos, que confirman indubitablemente la existencia de la escritura mucho antes del tiempo de Moisés.
Cuando Moisés, juntamente al pueblo Judío, entró en la tierra de Canaán encontró un alfabeto y un importante cuerpo de literatura religiosa en el lenguaje semita. Por lo tanto, las herramientas físicas estaban a la mano para los escritos del Antiguo Testamento.
Para sus escritos, los egipcios usaban rollos de cuero. Ejemplos del 2000 a.C. fueron encontrados últimamente.
- El Texto Pre-Masorético
Humanamente hablando, es imposible que alguien copie a mano un documento tan largo como el libro de Isaías sin cometer algún error. Y debemos recordar que todas las copias de ambos Testamentos fueron hechas a mano hasta el año 1456 d.C. Esto significa que algunas de ellas habían sido copiadas por 3000 años y todas ellas por más de 1000 años.
Por lo tanto, no es sorprendente que existan algunas diferencias entre los manuscritos del Antiguo Testamento. Sin embargo, debemos agradecer el cuidadoso trabajo de los copistas hebreos respecto a la rigurosidad con que se copiaron esos libros.
En el siglo ii de la era cristiana, el rabino Aquiba buscó fijar el texto con exactitud. Él dijo que «la exacta transmisión (massoreth) del texto es una protección para la Torá». Con el propósito de un estudio cuidadoso, los escribas dividieron el texto en versículos (versos).
- El texto masorético
Al principio del siglo vi, el trabajo de los escribas de copiar el texto bíblico fue tomado por los masoretas, que funcionaron hasta el año 1000 de nuestra era. Trabajaron con meticulosidad. Por cada libro del Antiguo Testamento contaban los versículos, palabras y, aún, las letras. Fueron tan lejos como para identificar la letra del medio de cada libro. De esta manera podían estar seguros que no había letras de más o de menos.
El texto hebreo no tenía vocales, y estaba escrito sin interrupción y todo en mayúsculas. Como esto dificultaba mucho la lectura, los masoretas incluyeron un sistema de vocales que facilitaría la lectura y la comprensión del texto. El resultado de esto fue llamado «texto masorético», siendo este el texto hebreo estándar leído hoy.
- Los rollos del Mar Muerto
Aun con todo el esmero masoreta, el manuscrito más antiguo con que contábamos era del año 900 d.C., ¿cómo podíamos estar seguros de que lo que nosotros aceptábamos como nuestra Biblia era lo mismo que se leía en los tiempos de Cristo?
Otra vez la arqueología vino a nuestra ayuda. En el año 1947 se encontraron una serie de cuevas en Qumrán, al noroeste del Mar Muerto, de donde se rescataron dos copias completas del libro de Isaías que databan del año 125 de nuestra era. Es decir, 1000 años más antiguos que los que teníamos hasta ese tiempo.
Cuando se compararon los manuscritos se descubrió que tenían muy pocas diferencias y ninguna de ellas de importancia.
Fragmentos de todos los libros del Antiguo Testamento fueron encontrados (con la excepción del libro de Ester) y en todos ellos la coincidencia fue asombrosa. Es decir que ahora podemos asumir, con total certeza, que los libros del Antiguo Testamento, tal cual los tenemos hoy, se corresponden totalmente con los existentes en los tiempos de Jesús.
– El texto del Nuevo Testamento
Como la única forma de enviar parte del texto del Nuevo Testamento era hacer copias y distribuirlas, hoy contamos con una cantidad enorme de copias de libros o partes de libros en los que encontramos, muchas veces, algunas diferencias.
Para unificar esto, en 1853 se procedió a construir un texto del Nuevo Testamento que sea fiel a los originales. De ahí surgió lo que conocemos como el texto crítico del Nuevo Testamento, que, como se mencionó más arriba, se plasmó en un Nuevo Testamento griego usado ampliamente por los traductores del NT.
Dios les Bendiga
Gracias por toda la información desde los tiempos remotos
Pero no encuentro en si la respuesta de “¿Como llegó la Biblia al continente de America?
Si puede enfatizarlo se lo agradecería