«Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová.» (Jeremías 9.24)

¡Conocer a Jesús es la experiencia más maravillosa de la vida! Leer la Biblia, hablar con él en oración y descubrir lo que desea hacer en nosotros son algunos de los ingredientes de la aventura que comenzó el día en que decidimos confiar en él.
Jesús quiere que lo conozcamos de tres maneras:
- ¡Como Salvador! Cuando vivíamos perdidos en nuestros intereses y egoísmos, él se acercó a nosotros para ofrecernos su amor, perdón y paz. ¡Quiere que todos sean salvos! Es decir, que cada persona pueda recibirlo en su corazón para disfrutar de una vida plena. Esto se logra mediante el arrepentimiento, la confesión y la entrega del corazón a Jesús.
- ¡Como Dios! El siguiente paso es conocerlo como dueño de nuestra vida. Significa sumarle compromiso a nuestra decisión de fe. Jesucristo quiere ser nuestro Dios, es decir, el que manda en nuestra vida. En otras palabras: el que gobierna, reina y dirige cada pensamiento, acción y sentimiento.
- ¡Como amigo! Sin dejar de lado el hecho de conocerlo como Salvador y Dios, llegamos a otro punto de la relación. Se trata de algo más que buscar sus bendiciones, escaparnos del infierno o ajustar nuestra forma de vivir a determinadas reglas. ¡Es pasar tiempo con él, amarlo y desear agradarle en todo! ¡Es cultivar una relación de amistad con Jesús!
¿Conocemos a Jesús de estas tres maneras?
Sumérgete: Nadie puede amar lo que no conoce. La clave para crecer en la vida es pasar tiempo con Jesús y conocerlo a través de la oración y la lectura bíblica cotidiana.