«Pero tú aumentarás mis fuerzas como las del búfalo; seré ungido con aceite fresco.» (Salmos 92.10)

Muchos productos electrónicos se venden con una batería recargable que ya tiene una carga inicial. Sirve para probar el artefacto y descubrir algunas de sus ventajas antes de que lo compremos. Pero cuando nos decidimos, pagamos el precio y lo llevamos a casa, sabemos que habrá que conectarlo a la corriente eléctrica para aprovechar al máximo sus funciones. Y así cada uno o dos días, de acuerdo al uso que le demos y al rendimiento que tenga el dispositivo.
Cuando confiamos en Jesús como Salvador y experimentamos el nuevo nacimiento, recibimos una «carga inicial» de poder. ¡El Espíritu Santo llena nuestra vida de energía! ¡Es un regalo de nuestro creador por permitirle habitar en nosotros!
Es cierto: no hay nada que podamos hacer para merecer la salvación que Jesús nos ofrece. ¡Dios nos ama sin condiciones! Y él mismo suscita nuestra fe, arrepentimiento y confesión. Sin embargo, cada día debemos «conectarnos» a él, «recargar las baterías» de la vida espiritual y pedirle que nos dé las fuerzas necesarias para vivir al máximo.
¿Cómo hacerlo? Pues hablando con Dios en oración y leyendo la Biblia a diario. Él nos ama, vive en nosotros y nos dará las fuerzas necesarias para vencer las tentaciones, servirle con entusiasmo, amar al prójimo y lograr la gran meta de la vida que es parecernos cada día más a Jesús en la manera de pensar, hablar y actuar.
¡No olvidemos recargar la «batería» espiritual!
Sumérgete: No se nos ocurriría cargar un teléfono celular móvil solo una vez al mes. ¡Tampoco podremos vivir al máximo si cada día no dedicamos un tiempo para conectarnos con Dios en oración!
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Dios nos hizo a nosotros con cariño y amor ❤️