Consolados para consolar

Consolados para consolar

«…el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.» (2 Corintios 1.4)

Consolados para consolar
Imagen provista por unsplash.com/@moekong

¡Cuántas veces hemos vivido situaciones que no deseábamos! Momentos en los que nuestra fe perecía caerse al piso y no lográbamos encontrar una salida. Es entonces cuando llega la tentación de perder la esperanza y abandonar el camino.

Tal vez hoy no comprendamos los motivos de nuestro sufrimiento y nos preguntemos cuál será la razón por la que debemos atravesar esas circunstancias. Pero aunque ahora no entendamos todo, tengamos presente una realidad: los problemas, las tentaciones, las enfermedades, las pruebas, las dificultades y las crisis tienen la capacidad de ayudarnos a crecer como personas.

¿De qué manera?

  • En primer lugar, las dificultades nos ayudarán a acercarnos más a Dios, una de las decisiones más importantes que debemos tomar en cada etapa de la vida. Él es nuestro creador y sabe muy bien lo que pensamos y sentimos. Hablemos con él y pidámosle su consuelo, es decir, su ánimo y fuerzas para avanzar.

Por otro lado, no pensemos solo en nosotros; consideremos que nuestra experiencia será de muchísima ayuda para alentar a otras personas que atraviesen momentos similares. ¡Animar a los demás con nuestro ejemplo y el consuelo que hayamos recibido de Dios durante nuestra experiencia!

¡Consolados para consolar!

Sumérgete: Pensemos en los problemas que hemos tenido que enfrentar. ¿De qué manera podemos ayudar a otros en base a nuestra experiencia? Acerquémonos a la gente, contémosle cómo vivimos nuestros conflictos y alentémosla con las promesas de la Biblia.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio