«En Dios haremos proezas, y él hollará a nuestros enemigos.» (Salmos 60.12)

Juan había tomado una decisión y nadie lograría que abandonara su sueño. Aunque ningún miembro de su familia había estudiado jamás en la universidad, el muchacho tomó la firme resolución de ser el primero en empezar una carrera y avanzar hasta lograr el diploma. ¡Fue así que se lanzó a la aventura y con mucho esfuerzo pudo alcanzar lo que tanto había anhelado!
Uno de los mayores desafíos en la vida es proponernos realizar grandes objetivos, dar el primer paso y seguir adelante hasta su cumplimiento. Ocurre cuando nos proponemos…
…escribir algo importante,
…comenzar un noviazgo,
…formar una banda de música,
…iniciar un proyecto económico,
…estudiar una carrera determinada,
…aprender un oficio,
…cocinar algo que nunca habíamos preparado.
Son distintas ocasiones y circunstancias, pero todas tienen un ingrediente en común: emprender algo que nunca antes habíamos llevado a cabo. ¡Vaya reto para nuestra fe!
Si deseamos crecer en la vida y desarrollarnos como personas, tendremos que elegir entre permanecer en la comodidad que nos brinda hacer siempre lo mismo o salir de esa zona y disfrutar la alegría que significa asumir nuevos desafíos que nos llevarán a vivir al máximo.
No prestemos atención a las críticas de quienes nunca se animan a lograr nada y atendamos los consejos de las personas que avanzan a fuerza de compromiso, sacrificio y fe en Dios. ¡Decidámonos a comenzar y descubriremos un mundo nuevo y diferente!
Sumérgete: Al decidir comenzar un nuevo proyecto o lanzarnos hacia nuevas oportunidades demostraremos nuestro deseo de crecer en todo lo que Dios nos brinda. Esto nos llevará bien lejos del conformismo y la vagancia, además motivaremos a otras personas con nuestro ejemplo.