Dios nos acompaña en el valle de desesperación

Dios nos acompaña en el valle de desesperación

«Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.» (Isaías 43.2)

¡Hay momentos en los que uno siente como si estuviera en un valle! Allí, rodeado de montañas y colinas, donde parece que no hay solución y que nos es imposible escapar.

En la Biblia se habla a menudo de la actividad de los pastores de ovejas, quienes conducían a sus rebaños a través de los montes para alimentarlos. Había momentos en los que todo parecía estar bien: la luz del día brillaba y las ovejas podían transitar sin temerle a nada.

Pero también había ocasiones en las que los sorprendía la oscuridad. Sea porque llegara la noche o el cielo se cubriera con grandes nubarrones que anunciaban la llegada de una tormenta, de pronto todo se ponía oscuro y el temor invadía al rebaño.

Sin embargo, a pesar del miedo y la ansiedad, las ovejas podían caminar seguras, porque sabían que su pastor iba delante de ellas y las guiaba con el sonido de su voz y el golpeteo de su bastón.

¡Lo mismo ocurre con nosotros! Cuando confiamos en Jesús y le damos nuestra vida, él se transforma en nuestro pastor, y nos guía por el camino de la vida.

A veces transitaremos etapas en las que todo parecerá funcionar bien y podremos ver con claridad lo que tenemos por delante. Por momentos, las dificultades impedirán que veamos el camino y tomemos decisiones. Pero sea como fuere, en todo momento podremos tener la seguridad de que Jesús dirige nuestra vida. ¡Confiemos en él y no nos detengamos!

Sumérgete: En los momentos buenos y los que no parezcan serlo, aprendamos a seguir a Jesús. ¿Cómo se hace? Hablemos con Dios cada día en oración y leamos la Biblia para conocer sus planes para nuestra vida.

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