Debido a diferentes acontecimientos —guerras, hambrunas, persecuciones—, muchos cristianos entienden que la Segunda Venida de Cristo está realmente a las puertas.
Si bien siempre hubo guerras, hambrunas y persecuciones, para muchos todas estas son señales de que el día del Señor está muy cerca. Sin tomar una posición al respecto, analicemos qué significa la frase «El día del Señor».
Hace casi 40 años, el pastor Nelson Fanini de Brasil dijo: «Predico con la sensación de que un día mi sermón será interrumpido por la gloriosa venida de nuestro Señor Jesucristo». Si bien 40 años después de aquella frase del pastor Fanini el Señor todavía no ha vuelto, sí debemos imitar su actitud. Nuestras vidas deben ser vividas como si el Señor volviera en cualquier momento.
Los que anuncian la rápida venida del Señor, en realidad no están esperando algo sino a alguien. Analicemos, de acuerdo al pasaje de 2 Pedro y de otros pasajes, qué significa «El día del Señor».
- ¿Cómo será el día del Señor?
- Será un día irrevocable, nada lo detendrá – 2 Pedro 3.10. Sucederá sin que nada ni nadie pueda impedirlo.
- Será un día de grandes sorpresas – Mateo 7.21-23. El Señor rechazará a muchos «religiosos» a quienes Jesús nunca ha conocido.
- Será un día de dolorosas divisiones – Lucas 17.34-36. Algunos que transitan por esta vida juntos, ese día serán separados.
- Será un día glorioso – Tito 2.13; 2 Tesalonicenses 1.7-10.
- Será un día de premios – 2 Corintios 5.10
- ¿Cómo vendrá? – Lucas 17.24-30
- Instantáneamente – v. 24
- En un ambiente secular – vv. 26-27
- En medio de una filosofía materialista – vv. 28-29
- ¿Qué debemos hacer? – 2 Pedro 3.9-18
- Debemos desarrollar una vida
- Santa
- Expectante
- Intachable y en paz
- Firmemente arraigada
- Que crezca en la gracia y el conocimiento
- Debemos desarrollar una vida
Conclusión
Una advertencia – Hay en la primera carta de Juan un texto bíblico que nos habla acerca de aquel día. Dice el apóstol en 1 Juan 2.28:
«Y ahora, hijitos, permanezcan en él para que, cuando se manifieste, tengamos confianza, y cuando venga no nos alejemos de él avergonzados». Nuestra vida debe honrar a Dios cada día. Que aquel día podamos escuchar las dulces palabras del Señor diciéndonos: «Bien, buen siervo y fiel, entra en el gozo de tu Señor».
Una promesa – Esta vez, el mismo Señor Jesús nos dice: «Ya vengo pronto… al que salga vencedor lo convertiré en columna del templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí. Sobre él escribiré en nombre de mi Dios… el que tenga oídos para oír, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias».