El último lugar del mundo donde se habla arameo, la lengua de Jesús

¿Cuál es el último lugar del mundo donde se habla arameo, la lengua de Jesús?

Aunque en los tiempos de Jesús muchos hablaban griego, la lengua del Imperio romano, y como para aquel tiempo el hebreo ya era una lengua muerta, el pueblo judío se comunicaba principalmente en arameo, la lengua que seguramente usaba el Señor Jesús en su niñez. 

Aunque el arameo es una lengua hoy casi desaparecida, hay un pueblo remoto en el territorio de Siria donde sus habitantes todavía lo hablan de manera cotidiana y fluida.  

Malula está ubicada a unos 50 kilómetros de Damasco, capital de Siria, y cuenta con aproximadamente 5000 habitantes. Se encuentra enclavada en la cordillera de Qalamount. 

Aunque en Siria la mayoría de su población habla árabe, el hecho de que Malula se encuentre alejada de otras ciudades importantes ayudó a que el arameo permaneciera vigente. 

En aquella ciudad, se encuentra la iglesia ortodoxa de san Jorge, donde las misas y rezos se llevan a cabo en la misma lengua que usaba Jesús para comunicarse con sus padres y hermanos. 

Malula tiene la única población mayormente cristiana que mantiene la lengua aramea. 

El arameo también se habla en dos comunidades vecinas: Bakha y Yubadin, a pesar de que ambas tienen una población mayormente musulmana. 

Malula es una localidad ubicada en la gobernación de la campiña de Damasco, en Siria. Es un pequeño pueblo escarpado en la roca en el que las casas, pintadas de color arena y azul plateado, cuelgan de las escarpadas paredes de un acantilado.  

La mayoría de la población local pertenece a la iglesia greco-católica melquita y a la iglesia ortodoxa de Antioquía. La ciudad es conocida en Oriente Medio por la celebración, cada 14 de septiembre, de la fiesta de la exaltación de la cruz.  

Con los dos otros pueblos cercanos, Malula es el único lugar donde todavía se habla un dialecto de la rama occidental del idioma arameo, más concretamente, el arameo occidental moderno. Los eruditos han determinado que el arameo de Jesús pertenecía también a esta rama. Malula representa, por lo tanto, una fuente importante para los estudios antropológicos lingüísticos sobre el arameo del siglo i, es decir, el dialecto arameo propio de Jesús. 

La distancia a otras ciudades importantes y sus características geológicas aislantes fomentaron la longevidad de este oasis lingüístico durante un milenio y medio. Sin embargo, las carreteras modernas y el transporte, así como la accesibilidad a medios de comunicación en árabe han erosionado el legado lingüístico.  

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