¿Eres mejor que ayer?

¿Eres mejor que ayer?

«Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño.» (1 Corintios 13.11)

¿Eres mejor que ayer?
Imagen provista por unsplash.com/@esteejanssens

Cuando apenas éramos bebés recién nacidos no sabíamos hablar, caminar, leer o escribir.

Pero poco a poco aprendimos muchas cosas. ¡Crecimos!

Fue Dios quien quiso que naciéramos y él también desea que crezcamos y maduremos en nuestro ser interior. Quiere que aprendamos…

  • …a perdonar en lugar de guardar rencor, y pedir perdón cuando ofendimos a alguien;
  • …a ser disciplinados en nuestra propia vida para hacer realidad nuestros sueños;
  • …a disfrutar de la vida en vez de quejarnos por todo;
  • …a leer la Biblia, asistir a la iglesia y compartir su amor con los demás;
  • …a hablar con él y contarle nuestras alegrías, tristezas y desafíos;
  • …a vencer sobre lo que nos hace daño, y no caer jamás esclavos de las adicciones;
  • …a amar de verdad y no utilizar a los demás para satisfacer nuestros deseos egoístas.

Noticia número uno: ¡Ya no somos bebés! Noticia número dos: ¡Tampoco somos niños!

La adolescencia y la juventud son etapas de la vida diseñadas por Dios para seguir creciendo en todo los aspectos de la vida. Pensemos en esto y meditemos en la manera en que hablamos, cómo nos relacionamos con la gente, qué aprendimos de nuestro pasado, qué queremos para el futuro.

¡Esforcémonos por crecer como persona!

Sumérgete: Estas preguntas nos ayudarán cada día para saber si estamos creciendo: ¿somos mejores personas que ayer? ¿Mejoramos nuestro vocabulario? ¿Nuestros pensamientos son más puros? ¿Nos relacionamos mejor con los demás?

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio