El edificio tiene unos 430 metros cuadrados y cuenta con un gran patio y un vestíbulo, ubicada cerca del Monte de la Transfiguración, mencionado en Mateo 17.
La Autoridad Arqueológica Israelí (AAI) ha anunciado el descubrimiento de los restos de una iglesia de 1300 años de antigüedad cerca del monte Tabor, el bíblico Monte de la Transfiguración, donde según la Biblia los «vestidos [de Jesús] se volvieron resplandecientes, muy blancos, como la nieve, tanto que ningún lavador en la tierra los puede hacer tan blancos» (Mr 9.3), «y resplandeció su rostro como el sol» (Mt 17.2), y se le «aparecieron Moisés y Elías, hablando con él» (Mt 17.3).
Más detalles de este descubrimiento
Cerca del lugar se levanta hoy el pueblo de Kfar Kama, donde se ha descubierto la iglesia durante una excavación arqueológica previa a la construcción de un parque infantil municipal. Según explicó la arqueóloga Nurit Feig, de la AAI y directora de la excavación, el edificio tiene unos 430 metros cuadrados y cuenta con un gran patio y un vestíbulo.
A diferencia de otras construcciones de este tipo, esta iglesia contaba con tres ábsides en lugar de uno. Otros de sus elementos destacables son sus mosaicos, un pequeño relicario de piedra para preservar objetos sagrados y una colorida decoración, que incorpora formas geométricas y patrones florales azules, negros y rojos.
Según un comunicado difundido por la AAI, se descubrieron también una serie de habitaciones adyacentes a la iglesia, que se seguirán excavando, y que podrían ser restos de un monasterio.
Un descubrimiento que respalda a la Biblia
Este descubrimiento enfatiza la importancia de la aldea cristiana establecida en el período bizantino cerca del monte Tabor, donde según la tradición cristiana Jesús se transfiguró.
«Como ocho días después de que Jesús dijo esto, subió al monte a orar, y se llevó con él a Pedro, Juan y Jacobo. Y mientras oraba, cambió la apariencia de su rostro, y su vestido se hizo blanco y resplandeciente. Aparecieron entonces dos hombres, y conversaban con él. Eran Moisés y Elías, que rodeados de gloria hablaban de la partida de Jesús» (Lc 9.28-31).
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