¡Hoy día también ocurren milagros!

¡Hoy día también ocurren milagros!

«…y un joven llamado Eutico, que estaba sentado en la ventana, rendido de un sueño profundo, por cuanto Pablo disertaba largamente, vencido del sueño cayó del tercer piso abajo, y fue levantado muerto.» (Hechos 20.9).

El salón del tercer piso estaba lleno de gente. Habían llegado de todas partes para escuchar las enseñanzas del famoso apóstol Pablo y nadie quería perderse la posibilidad de estar cerca de él.

Allí también estaba Eutico, un joven que amaba a Dios y seguía a Jesús como su Dios y Salvador. El calor y la falta de asientos lo llevaron a ubicarse junto a la ventana, donde al menos corría un poco de aire.

Entonces, en el momento menos esperado, ocurrió una desgracia: vencido por el cansancio de la jornada y la tensión de seguir cada palabra del larguísimo sermón de Pablo, Eutico se durmió y cayó hacia la calle por el hueco de la ventana.

La familia y los amigos bajaron de inmediato. ¡Eutico había muerto! ¡No lo podían creer! Fue allí, en el momento más triste, cuando Dios hizo algo maravilloso: por medio de la oración del apóstol, el muchacho volvió a la vida. ¡Resucitó! Demás está decir que a partir de ese milagro, Eutico y todos los presentes jamás volvieron a ser los mismos.

¡Hoy en día también ocurren milagros! El más importante es el cambio que Dios desea producir en cada ser humano. Porque si decidimos creer en Jesús y seguirlo cada día, pasaremos de la muerte a la resurrección espiritual. ¡Su amor, perdón y paz nos permitirán disfrutar una nueva vida!

Sumérgete: Pidámosle a Dios por nuestra propia vida pero también por aquellos que nos rodean y todavía no disfrutan la vida eterna que solo Jesús puede ofrecerles. Aprovechemos toda ocasión para hablarles del gran amor de Dios.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio