La bondad de Dios

La bondad de Dios

La Biblia habla frecuentemente acerca de la bondad de Dios, así como de todos sus otros atributos: justicia, misericordia, gracia, por mencionar algunos. Sin embargo, no siempre son comprendidos correctamente. 

Muchas veces, escuchamos testimonios de hermanos que cuentan las bendiciones que Dios ha hecho en sus vidas, y terminan su testimonio con palabras parecidas a las siguientes: «Dios ha sido bueno conmigo». Por supuesto que no podemos decir otra cosa que amén, y como respuesta, nos unimos en su agradecimiento a Dios; pero vale la pena meditar sobre el asunto.  

Si bien todos estamos de acuerdo en que Dios es bueno, no siempre usamos la frase correctamente. Solemos hacerlo cuando nuestra vida marcha como nos gusta. Realmente, pocas veces —muy pocas veces— escuchamos a alguien contar los problemas por los que está pasando y terminar su relato con la frase: Dios es bueno. Usualmente relacionamos la bondad de Dios con las bendiciones, pero nunca con los problemas. Sin embargo, Dios es siempre bueno. Cuando somos inundados de bendiciones y cuando estamos pasando por pruebas, algunas de ellas muy severas. 

Debido a que únicamente Dios es bueno, solo él puede determinar acertadamente qué es lo mejor para cada persona. Su bondad es expresada de muchas y variadas maneras, y no solamente en riqueza, salud y otras bendiciones. Algunos de sus dones son experiencias que nosotros nunca hubiéramos elegido, pero el Señor sabe qué necesitamos a fin de que crezcamos en fe, obediencia y perseverancia. 

  • Su bondad en la disciplina – Hebreos 12.11 dice: «Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados». La bondad de Dios también se experimenta cuando nos disciplina. Él quiere llevarnos hacia la madurez; hacia la estatura de la plenitud de Cristo. Cuando nos desviamos de ese camino, él nos disciplina para llevarnos de vuelta al camino correcto. Dios es bueno, pues nos trae nuevamente a su camino, para nuestro bien y para su gloria. El escritor de Hebreos dice que, si bien la disciplina nos lleva a momentos de tristeza y dolor, su fin es para nuestra bendición. 
  • La bondad de Dios se muestra claramente en ciertos límites que nos impone. El diablo nos propone un mundo de tentaciones que prometen felicidad y buena vida pero que su camino es uno de perdición. La bondad de Dios evita que esas tentaciones nos lleven por el camino del despilfarro, pues nos puede conducir a una senda opuesta a Dios y su voluntad. 
     
  • La bondad de Dios se experimenta en el dolor. Dios sabe que necesitamos experimentar momentos de dolor y falencias para que seamos más fructíferos y útiles para la extensión de su reino. Muchas veces, lo que parece ser un valle de lágrimas no es otra cosa que Dios mostrando su amor y bondad hacia nosotros. El apóstol Pedro nos dice: «De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, y hagan el bien» (1 Pedro 4.19). Hay situaciones donde la bondad de Dios se muestra en los sufrimientos. Aún en el sufrimiento, Dios es bueno.  

Debemos evitar interpretar el carácter de Dios en base a nuestras circunstancias. Si las cosas van bien, Dios es bueno. Sin embargo, si nuestra situación no es lo que esperamos, las preguntas comienzan a surgir en nuestra mente. Está bien que analicemos nuestra situación para poder sacar más provecho de ciertos sufrimientos, pero nunca dudemos de la bondad de Dios. Debemos recordar que Dios es el mismo hoy, ayer y por los siglos. Su carácter no tiene altibajos, Dios es siempre bueno. Siempre recordemos que, en la suma de todas las cosas, la mano de Dios es siempre buena para con nosotros. 

Por lo tanto, cuando la vida nos sonríe, Dios es bueno, y cuando la vida parece golpearnos de todos lados, Dios es bueno.  

Dios es bueno siempre, confiemos en su infinita bondad para con nosotros en cada circunstancia. 

«¡Prueben ustedes mismos la bondad del Señor! ¡Dichoso aquel que en él confía!» (Salmos 34.8). 

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