A finales del 1800, la misionera Amy Oxley tenía 27 años, era soltera y estaba yendo hacia una peligrosa frontera
Por Kris Argall
Cuando Amy Oxley dejó Australia para su largo viaje a China en 1895, era una soltera de 27 años. En el período previo a sus viajes, se supo que misioneros australianos habían sido brutalmente asesinados en lugares cercanos a donde ella se dirigía. Aun así, para allí fue.
Fue ese coraje, enraizado en Dios, lo que hizo que Amy Oxley fuera una de las misioneras australianas más inspiradoras, y ahora el tema de un nuevo libro: «They Shall See His Face: The Story of Amy Oxley Wilkinson and her Visionary Blind School in China» (Ellos verán Su rostro; La historia de Amy Oxley Wilkinson y su visionaria escuela para ciegos en China).
Amy quería trabajar como enfermera y misionera, pero pronto se sintió llamada a trabajar entre niños ciegos. En un plazo de cinco años, ella estaba completamente dedicada a la escuela que ella fundó en 1898 para niños ciegos en Fuzhou, en la sureña provincia china de Fujian.
«En [mi] tierra natal, yo pasaba a los ciegos por la vereda de enfrente —escribió Amy—, porque no tenía un interés especial en ellos. Ahora, mi corazón se agita profundamente en muchas ocasiones cuando los niños ciegos llegan a nuestro dispensario. ¿Qué podría hacer?»
El inicio de la misión
Amy sabía que los niños chinos eran muy proclives a contraer ceguera. Esto era así por múltiples factores, como la deficiencia en vitamina A, tracoma, glaucoma, cataratas congénitas, sarampión y accidentes La falta de un tratamiento médico adecuando intensificaba el problema.
Por el mismo tiempo, Amy fue evacuada a una región diferente para escapar de un tifón y, mientras estaba allí, visitó una escuela para ciegos que era dirigida por un misionero inglés y aprendió lo que era el sistema Braille en inglés.
Cuando volvió a Fuzhou, a finales de 1898, Amy alquiló una pequeña casa, contrató una cocinera y abrió su propia escuela para los ciegos. Tradujo Romanos y los Salmos del dialecto de Fuzhou al Braille, que luego fue impreso por la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera.
Algunos de los primeros estudiantes de la escuela para niños ciegos de Deng Doi, c.1899 Acorn Press.
Aunque Amy comenzó su escuela con solo un estudiante, en un plazo de seis meses ya había 15 estudiantes matriculados, con espacio para más. Para mediados del 1900, se decidió agrandar la escuela para acomodar a cien niños.
La escuela fue construida con fondos recaudados en Australia, y con la ayuda de un nuevo misionero, que era un doctor de Inglaterra, George Wilkinson. Amy quería que la escuela reflejara los estilos arquitectónicos chinos, por lo que insistió en que fuera atractiva, con curvas y con el techo estilo pagoda. Era suficientemente grande como para que los niños ciegos vivieran, aprendieran y trabajaran en ella.
La visión de Amy
En los años en que Amy trabajó con los ciegos, tenía permanentemente su imagen del cielo como un lugar donde todo sería completamente restaurado, un lugar donde el llanto, la enfermedad y el dolor ya no existirían. A menudo ella hablaba con los niños sobre eso. Después de mucha reflexión, ella decidió un nombre para la nueva escuela para niños ciegos: «La escuela que ilumina el alma». Sobre la entrada estaban las palabras: «Ellos verán Su rostro», una cita de Apocalipsis 22:4.
Después de que la escuela fue terminada, Amy y George se casaron. George continuó su trabajo como doctor, y Amy sirvió como directora (o «la tía maestra») de la escuela para ciegos.
Bajo el liderazgo de Amy, la escuela creció y ganó popularidad en los distritos de alrededor. En 1920, Amy fue honrada con la «Orden del grano dorado», una medalla especial por buenas obras. Era el honor más alto que fuera conferido en China para un extranjero, y se le había concedido a un occidental solo una vez antes.
Fuente: https://www.eternitynews.com.au.
Traducción: Sociedades Bíblicas Unidas.