¡Llegó la Internet!
Hoy en día, tanto la nota de Christianity Today, la película interpretada por Nicolas Cage y la historia de Ted Bundy son cosas del pasado. ¡Hoy existe Internet! Ya no es necesario salir a alquilar una película o leer una revista para acceder a la pornografía; fácilmente, podemos acceder a la pornografía con un simple clic de nuestro mouse. ¡Da miedo de solo pensarlo!
Los caminos del pecado transitan diferentes vías y pueden llegar a nosotros «inocentemente», como el gobernador de Carolina del Sur y el autor de «Video seducción» Todo parece comenzar «sin una clara intención de pecar», pero no nos damos cuenta de que poco a poco nos aventuramos hacia situaciones de peligro, hasta que ya es demasiado tarde.
Ayer, si queríamos ver una película pornográfica, debíamos ir a alquilarla —o ir a cines para adultos— y eso funcionaba, muchas veces, como un obstáculo para evitar que lo hiciéramos; nos daba vergüenza y no lo hacíamos.
Hoy, con las nuevas tecnologías, la pornografía llega a nosotros en la seguridad de nuestro hogar, cuando «nadie nos ve» —como si eso fuera posible ante Dios.
Debemos darnos cuenta de que nuestros niños y jóvenes están en peligro. A decir verdad, todos nosotros estamos en peligro. La Internet es una herramienta poderosa que puede utilizarse para bien o para mal. La pornografía es el pecado del anonimato, y lo que puede parecer «inocente» al principio, tiene todo el potencial de destruir las vidas de aquellos que se involucran con ella.
Por supuesto, esto no les pasa a los cristianos, ¿o sí?
En una encuesta realizada hace más de 20 años por ChristianNet.com en los EEUU, se descubrió que, de los 1000 cristianos consultados, el 50% de los hombres y el 20 % de las mujeres reconocieron que eran adictos a la pornografía. También leemos en la misma encuesta que el 60% de las mujeres admite tener problemas con la lujuria y el 40% estuvo involucrado en algún tipo de pecado sexual en el año previo.
Como corolario de la encuesta, Hill Cooper, presidente de ChristiaNet, dijo: «Estamos presenciando una escalada en el problema, tanto en hombres como en mujeres que asisten regularmente a la iglesia». Recordemos: esto fue hace más de 20 años.
En encuestas más cercanas en el tiempo, observamos que según www.lacorriente.com, el Movimiento Tabú (movimiento de pureza sexual que tiene como fin sacar a la luz temáticas no abordadas que hoy dañan a la iglesia) hizo una encuesta entre 4000 miembros de iglesias (entre 14 y 39 años) en febrero de 2021 con resultados realmente preocupantes.
El 93 % dijo haber consumido pornografía alguna vez. El 40 % dijo haberlo hecho por lo menos una vez por mes. El 23 % lo hacía una vez por semana y el 17 % varias veces por semana.
Quizá lo más sorprendente en este tema es que un 50 por ciento de los pastores que encuestó Morality In Media, dijeron que visitaron sitios web para adultos por lo menos una vez por semana. Esta estadística es una indicación de cuán profundamente la iglesia ha sido afectada por la pornografía y que un cristiano también puede ser afectado por este pecado.
El pastor Chuck Swindoll, ha llamado al porno “el problema secreto número 1 en su iglesia”. “La pornografía está arruinando matrimonios, destruyendo las relaciones, perjudicando a los jóvenes, e hiriendo el cuerpo de Cristo. Nuestras iglesias están en problemas. Este no se trata de simplemente orar y esperar”, destacó Swindoll. (acontecercristiano.net).
Comenzar «inocentemente» es el primer paso hacia un camino de destrucción.
En pocos años, la pornografía en Internet ha crecido exponencialmente. Ya en el 2003 había más de un millón y medio de sitios de pornografía. Hoy la cifra está fuera de cualquier cálculo pues cada día se agregan miles de sitios en todo el mundo. Es una industria que genera muchos miles de millones de dólares cada año, por lo tanto, nadie la detendrá, aunque perjudique a hombres, mujeres y niños, destruya familias y debilite comunidades enteras. La pornografía es una estrategia muy usada por el diablo para destruir uno de los pilares de la sociedad: la familia.
Si bien la pornografía ha existido al menos por más de 3000 años (el papiro erótico de Turín es un antiguo papiro del antiguo Egipto, pintado durante la época ramésida, aproximadamente en el 1150 a.C. con pinturas de pornografía explícitas), nunca fue tan fácil acceder a ella. Hoy en día las actrices porno tienen sus páginas en diferentes sitios de fácil acceso, de las que solo nos separa un clic de nuestro mouse. Aún las cámaras web son una poderosa herramienta en las manos de jóvenes, casi niñas, que suben a la red las imágenes que graban, y muestran la intimidad de su cuarto en tiempo real. Incluso mujeres (amas de casa, maestras, profesionales, etc.) que nunca habrían pensado formar parte del negocio de la pornografía, hoy suben fotos a ciertos programas por las que les pagan desde todo el mundo. Así de fácil y diseminado está. Asusta, ¿verdad?
El silencio sobre la pornografía indica aprobación —tanto de los líderes políticos, de la iglesia, así como de la sociedad como un todo. Por lo tanto, cada cristiano no solamente debe mantenerse tan alejado como pueda de la pornografía, sino que debe estar equipado para comunicar efectivamente los peligros inherentes en la misma. Es altamente aconsejable que los siguientes elementos (adaptados de www.focusonthefamily.com) sean discutidos eficazmente en todos los ámbitos:
- La pornografía ha destruido las vidas de muchos individuos, incluida una enorme cantidad de niños inocentes.
- La pornografía es adictiva y su adicción es progresiva.
- Por el hecho de ser adicta, la persona necesita pornografía cada vez más explícita; y en esa carrera demencial la persona finalmente necesita hacer realidad sus fantasías con otros.
- Algunos expertos creen que la adicción a la pornografía puede ser más difícil de combatir que la adicción a la heroína.
- La pornografía destruye matrimonios y familias. Un interés excesivo por la pornografía a través de la Internet contribuye fuertemente para el divorcio.
- La pornografía daña seriamente la mente y el desarrollo emocional de los niños. Los niños no pueden filtrar lo porno y extraerlo de su mente; por lo tanto, exponer a un niño a la pornografía crea en él una falsa noción de la sexualidad humana.
- Los niños expuestos a la pornografía tienden a exhibir desvíos sexuales en sus actitudes y comportamiento, incluso puede llevarlos a la violencia y al crimen sexual.
- La pornografía juega un papel significativo en la violencia sexual. El interés más común entre los asesinos seriales es la pornografía más profunda.
- Dada la incontrovertible evidencia del daño producido por la pornografía, los padres deben proteger a sus hijos de los materiales pornográficos. Esos esfuerzos pueden incluir:
- Advertir a sus hijos acerca de los peligros de la pornografía.
- Establecer filtros efectivos en sus accesos a Internet.
- Monitorear la cantidad y calidad de las páginas a las que acceden sus hijos.
- Dar a sus hijos una cosmovisión bíblica equilibrada respecto al designio de Dios para la sexualidad y la responsabilidad.
- Asimismo, por el claro daño que produce la pornografía, los cristianos debemos convertirnos en verdaderos atalayas a fin de advertir a la sociedad y los gobiernos contra la pornografía, y exigir controles más eficientes. Si hiciera falta, los cristianos deberán presentar proyectos de ley que faciliten la prohibición del fácil acceso a la pornografía.
En la tercera y última parte de este artículo veremos algunas conclusiones importantes.