Trasfondo
Ezequías reinó sobre el pueblo de Judá a comienzos del año 700 aC. Como enfatizando su importancia, los datos acerca de su reinado son relatados en tres pasajes de las Escrituras: 2 Reyes 17-20; Isaías 36-39; 2 Crónicas 29-32.
Ezequías fue hijo de Acaz, un rey que hizo lo malo ante los ojos de Jehová, y padre de Manases, quizá el peor rey de Judá.
La caída de Israel ocurre durante su reinado. Cuando comenzó su reforma, ya Israel estaba yendo hacia su destrucción a manos de Asiria.
Después que Acaz llevó a Judá a la práctica de la idolatría, Ezequías llevó a cabo una importante reforma religiosa, volviendo él mismo y llevando a su pueblo a restaurar la relación con Dios.
Restableció la verdadera adoración a Jehová en un templo purificado y renovado.
Restableció la Pascua y destruyó los lugares altos (adoración pagana) y destruyó la serpiente de bronce que todavía se conservaba desde los tiempos de Moisés, pues se había convertido en un objeto de adoración pagana.
Isaías profetizó durante su reinado, que es llevado a cabo poco antes del exilio de Judá en Babilonia.
Luego que Isaías le comunicara que Dios había determinado el día de su muerte, Ezequías le pidió a Dios misericordia y Dios le concedió 15 años más de vida que no fueron los mejores de su reinado. Durante ese tiempo se acercó a Babilonia, mostrándoles sus tesoros, lo que produjo la envidia de los babilonios, y lo que incentivó, entre otros motivos, la invasión a Judá. También engendró a Manasés en aquel tiempo.
Una de las características importantes de Ezequías fue que era un hombre de fe. Cuando así fue necesario, puso su fe en marcha y descansaba en Jehová.
Introducción
La renovación espiritual lograda en los tiempos de Ezequías sigue las pautas espirituales de renovación. Tanto para individuos como para iglesias.
Conciencia de pecado (5-10)
Una mirada al fracaso – v. 6 Se detuvo la bendición (Acán, Josué 7.1, 6-8, 10, 13). No temamos conocer nuestra situación.
Determinación de producir un cambio – v. 10
Reunieron a los hermanos (15)
Estaban dispersos durante la crisis – Véanse Hechos 2.1 y Salmos 133.1-3
La unidad de la Iglesia
Un solo Acán puede detener la bendición.
Se santificaron (15)
Se apartaron de todo pecado conocido. ¿Cómo hicieron?
Agua limpia (Juan 4.13-14) y Palabra renovada (Juan 17.17)
Vestidos nuevos (Colosenses 3.9-10 , 12-16)
Rompieron los moldes. Construyeron una imagen nueva que representaba deseos de servir santamente.
Entraron (15)
Los propósitos tienen que concretarse (Hebreos 3.12-13).
Muchos viven dando vueltas. Dicen: “Mañana empiezo; lo haré otro día o después” pero el Señor dice: “Entra ahora”; “Hazlo ahora”.
Hay decisiones que deben tomarse ya. Hoy mismo.
Sacaron toda inmundicia (16, 18-19)
La iglesia debe ser santa (personas, sistemas, políticas).
Inmundicia es lo no sagrado. Lo carnal. Es todo lo que sabe a mundo (1 Juan 2.15).
Volvieron a las cosas reveladas que habían sido desechadas: PALABRA Y ESPÍRITU.
Fueron al altar (20-24, 27)
Expiación – Llevaron todo el pecado al altar para expiarlo.
Holocausto – Para Dios: La vida entera para él (Romanos 12.1)
Adoraron y alabaron (28, 30-31)
Hicieron de Dios el centro de su culto
- No más homocéntricos
- No más burocéntricos
- Sino teocéntricos
La alabanza con todo el ser era consecuencia de una nueva posición.
Limpios — Unidos — Consagrados
Conclusión
“Y la cosa fue hecha rápidamente”.