Entrada triunfal a Jerusalén (De Betania a Jerusalén y a Betania)
Jesús entra en Jerusalén
Mateo 21.1-11, 14-17 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
1 Jesús y sus discípulos llegaron al pueblo de Betfagé y se detuvieron junto al Monte de los Olivos, ya muy cerca de la ciudad de Jerusalén.
2 Al llegar allí, Jesús dijo a dos de sus discípulos:
«Vayan a ese pueblo que se ve desde aquí. Tan pronto como entren, van a encontrar una burra atada, junto con un burrito. Desátenlos y tráiganmelos.
3 Si alguien les dice algo, ustedes responderán: “El Señor los necesita; enseguida se los devolverá.”»
4 Esto sucedió para que se cumpliera lo que Dios había anunciado por medio del profeta:
5 «Díganle a la gente de Jerusalén: ¡Miren, ahí viene su rey! Él es humilde, viene montado en un burro, en un burrito.»
6 Los dos discípulos fueron al pueblo e hicieron lo que Jesús les había ordenado.
7 Llevaron la burra y el burrito, y pusieron sus mantos sobre ellos. Jesús se montó y fue hacia Jerusalén.
8 Muchas personas empezaron a extender sus mantos en el camino por donde iba a pasar Jesús. Otros cortaron ramas de árboles y también las pusieron como alfombra en el suelo.
9 Y toda la gente, tanto la que iba delante de él como la que iba detrás, gritaba: «¡Sálvanos, Mesías nuestro! ¡Bendito tú, que vienes en el nombre de Dios! Por favor, ¡sálvanos, Dios altísimo!»
10 Cuando Jesús entró en la ciudad de Jerusalén, toda la gente se alborotó, y decía: —¿Quién es este hombre?
11 Y los que venían con Jesús contestaban: —¡Es Jesús, el profeta! Él es de Nazaret, el pueblo de Galilea.
Mateo 21:14-17 Traducción en lenguaje actual (TLA)
14 Luego algunos ciegos, y otros que no podían caminar, se acercaron a Jesús, y él los sanó.
15 Los sacerdotes principales y los maestros de la Ley se enojaron mucho al ver los milagros que él hacía, y al oír que los niños le gritaban alabanzas a Jesús, el Mesías.
16 Por eso le dijeron: —¿Acaso no oyes lo que estos niños están diciendo? Jesús les contestó: —Los oigo bien. ¿No recuerdan lo que dice la Biblia?:
“Los niños pequeños, los que aún son bebés, te cantarán alabanzas.”
17 Luego Jesús salió de Jerusalén y se fue al pueblo de Betania. Allí pasó la noche.
Marcos 11:1-11 Traducción en lenguaje actual (TLA)
Jesús entra en Jerusalén
1 Jesús y sus discípulos llegaron al Monte de los Olivos, cerca de los pueblos de Betfagé y Betania, y de la ciudad de Jerusalén.
2 Allí, Jesús dijo a dos de sus discípulos: «Vayan a ese pueblo que se ve desde aquí. Tan pronto como entren, van a encontrar un burro atado, que nunca ha sido montado. Desátenlo y tráiganlo.
3 Si alguien les pregunta por qué lo están desatando, respondan: “El Señor lo necesita y pronto lo devolverá.”»
4 Los discípulos fueron al pueblo. Allí encontraron un burro atado en la calle, y lo desataron.
5 Algunas personas que estaban por allí les preguntaron: «¿Qué están haciendo? ¿Por qué desatan al burro?»
6 Los discípulos contestaron lo que Jesús les había dicho. Y entonces aquéllos los dejaron ir.
7 Luego pusieron sus mantos sobre el burro, lo llevaron a donde estaba Jesús, y Jesús se montó sobre él.
8 Mucha gente empezó a extender sus mantos sobre el camino por donde iba a pasar Jesús. Algunos cortaban ramas de los árboles del campo, y también las ponían en el suelo como alfombra.
9 Y toda la gente, tanto la que iba delante de Jesús como la que iba detrás, gritaba: «¡Sálvanos! ¡Bendito tú, que vienes en el nombre de Dios!
10 ¡Que Dios bendiga el futuro reinado de nuestro antepasado David! Por favor, ¡sálvanos, Dios altísimo!»
11 Cuando Jesús entró en Jerusalén, fue al templo y se puso a ver cómo estaba todo. Pero como ya era tarde, se fue con sus discípulos al pueblo de Betania.
Lucas 19:29-44 Traducción en lenguaje actual (TLA)
29 Cuando llegó cerca de los pueblos de Betfagé y Betania, se detuvo junto al Monte de los Olivos. Allí les dijo a dos de sus discípulos:
30 «Vayan al pueblo que está allá. Tan pronto entren, van a encontrar un burro atado. Nadie ha montado antes ese burro. Desátenlo y tráiganlo.
31 Si alguien les pregunta por qué lo desatan, respondan: “El Señor lo necesita.”»
32 Los dos discípulos fueron al pueblo y encontraron el burro, tal como Jesús les había dicho.
33 Cuando estaban desatándolo, los dueños preguntaron: —¿Por qué desatan el burro?
34 Ellos contestaron: —El Señor lo necesita.
35 Luego se llevaron el burro, pusieron sus mantos sobre él, y ayudaron a Jesús para que se montara.
36 Jesús se dirigió a Jerusalén, y muchas personas empezaron a extender sus mantos en el camino por donde él iba a pasar.
37 Cuando llegaron cerca del Monte de los Olivos y empezaron a bajar a Jerusalén, todos los seguidores de Jesús se alegraron mucho. Todos gritaban y alababan a Dios por los milagros que Jesús había hecho, y que ellos habían visto.
38 Decían: «¡Bendito el rey que viene en el nombre de Dios! ¡Que haya paz en el cielo! ¡Que todos reconozcan el poder de Dios!»
39 Entre la gente había también unos fariseos, y le dijeron a Jesús: —¡Maestro, reprende a tus discípulos!
40 Jesús les contestó: —Les aseguro que si ellos se callan, las piedras gritarán.
41 Cuando Jesús estuvo cerca de Jerusalén y vio la ciudad, lloró
42 y dijo:«¡Habitantes de Jerusalén! ¡Cómo me gustaría que hoy ustedes pudieran entender lo que significa vivir en paz! Pero no, ustedes son incapaces de comprenderlo.
43 Llegará el momento en que sus enemigos vendrán, y harán rampas alrededor de la ciudad para atacarla por todos lados.
44 La destruirán por completo, y no dejarán en pie una sola pared. Todos ustedes morirán, y sufrirán todo esto, porque no quisieron reconocer que Dios me envió a salvarlos.»
Juan 12:12-19 Traducción en lenguaje actual (TLA)
12 Mucha gente había ido a la ciudad de Jerusalén para la fiesta de la Pascua. Al día siguiente, cuando algunos escucharon que Jesús iba a llegar a la ciudad, 13 cortaron ramas de palmera y salieron a encontrarlo, gritando:
«¡Sálvanos, Dios nuestro! ¡Bendito el que viene de parte de Dios! ¡Bendito sea el Rey de Israel!»
14 Jesús, por su parte, se montó en un burrito que encontró en el camino. Así cumplió con lo que anunciaba la Biblia:
15 «¡No tengan miedo habitantes de Jerusalén! ¡Ya viene su Rey! ¡Viene montado en un burrito!»
16-19 Los que estuvieron presentes en Betania, cuando Jesús resucitó a Lázaro, habían contado en Jerusalén este milagro. Por eso la gente salió al encuentro de Jesús. Pero los fariseos se decían unos a otros: «Miren, ¡todos lo siguen! No vamos a poder hacer nada.» Al principio, los discípulos de Jesús no entendían lo que estaba pasando; pero después de que Jesús murió y resucitó, se acordaron de que todo lo que le habían hecho a Jesús ya estaba anunciado en la Biblia.