Claude Girard, de la ciudad de Quebec, Canadá, ha estado casado por 45 años. Milagrosamente, su esposa permaneció a su lado, a pesar de que estaba casada con un jugador compulsivo, que recurría a la mentira, la trampa y al robo a fin de calmar su incontrolable compulsión a jugar.

Una cosa que necesitamos saber es que jugar en una máquina de póker usualmente significa perder $ 20 por minutos, lo que suma $ 1200 por hora, llegando a los $8200 en 6 horas. Aproximadamente, esto es lo que Claude perdería entre los momentos en que llevaba a su esposa ida y vuelta al trabajo. ¡Ser un cristiano y asistir a la iglesia cada domingo no evitaba que él quemara sus $ 36.000 de indemnización y $ 50.000 de crédito!
Al ver cuán esclavizado estaba por su adicción, su esposa decidió que él manejara las finanzas de ellos. Claude, entonces, se dio cuenta que no quedaba nada en sus cuentas; había tocado fondo. Inmediatamente, Claude reconoció su incapacidad de vivir realmente para Dios, y se inscribió para recibir una terapia cristiana, donde un versículo en particular lo impactó fuertemente: «Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones» (Hebreos 10.17). Como Dios prometía no solo perdonar, sino también olvidar nuestros pecados, Claude se dio cuenta cuánto ama Dios a sus hijos y —debido a Jesús— puede verlos como santos, sin importar cuán malos hayan sido sus pecados y cuánto impacto hayan tenido.
Esto sucedió 13 años atrás. Hoy, Claude no solo ha permanecido libre de la adicción al juego, sino de cada tentación para volver a su anterior comportamiento destructivo.
Además, él está ayudando a otras personas con adicciones liderando dos grupos basados en los 12 pasos originales del método de Alcohólicos Anónimos, suplementado con versículos de la Biblia.
Fuente: Sociedad Bíblica de Canadá.
Traducción: Sociedades Bíblicas Unidas
Otra lectura impresionante Chris,Totalmente de acuerdo con usted en el poder de los comentarios, por lo general no me importa mucho los comentarios y no respondo mucho a ellos pero después de entender que los comentarios son parte de su contenido también, respondo al 99,9 de los comentarios que recibo. Por supuesto que hay algunas personas mezquinas que tratan de hacerte caer, especialmente si tu crítica dice la verdad y no podrían aceptarla, pero a menudo ignoro esos comentarios para evitar que la negatividad se extienda. ¡Sigue escribiendo el buen escritor!