Un grupo de jóvenes estudiantes universitarios ingleses a finales del siglo xix, conocidos como «los siete de Cambridge», tuvieron un impacto significativo en las misiones cristianas en todo el mundo. C.T. Studd, Dixon Hoste, Stanley Smith, Montagu Harris, Wilfred Grenfell, Arthur Polhill-Turner y Cecil Polhill se comprometieron a dedicar sus vidas a llevar el evangelio a los rincones más lejanos del planeta.
El grupo se formó en la Universidad de Cambridge a través del estudio de la Biblia y la influencia de los misioneros Hudson Taylor y D. E. Hoste. A partir de ahí, los siete comenzaron a reunirse regularmente para orar, estudiar la Biblia y discutir la obra misionera en el extranjero. En 1885, decidieron formar una organización misionera conocida como la Sociedad Misionera de Cambridge (CMS, por sus siglas en inglés).
Ciertamente, la Palabra de Dios tuvo un papel fundamental en la inspiración e impacto del grupo. Los jóvenes estaban profundamente comprometidos con el estudio y la interpretación de la Escritura, a fin de trazar una estrategia bíblica para llevar el mensaje del evangelio a todo el mundo.
«Por tanto, vayan y hagan discípulos en todas las naciones, y bautícenlos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Enséñenles a cumplir todas las cosas que les he mandado. Y yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo» (Mateo 28.19-20). La Gran Comisión, establecida por el Señor Jesús, fue un elemento clave en la formación del grupo.
El impacto de los siete de Cambridge en las misiones cristianas fue profundo y duradero, por varias razones. Primero, su ejemplo personal inspiró a otros jóvenes a unirse a la obra misionera. En segundo lugar, su énfasis en la necesidad de compartir el evangelio en todo el planeta impulsó a las iglesias a tomar la Gran Comisión de Jesús en serio y comenzar a enviar misioneros a lugares distantes. En tercer lugar, su enfoque en la formación y el discipulado de los nuevos creyentes llevó a un mayor compromiso de la iglesia en la educación y la capacitación de líderes locales en todo el mundo.

Uno de los miembros más destacados del grupo fue C.T. Studd, quien se convirtió en un líder influyente en la Sociedad Misionera de Cambridge. Si bien comenzó su travesía misionera en China, donde estuvo menos de diez años, su labor más duradera y significativa fue desarrollada en África, donde funcionaba la Sociedad Misionera de África Central (CAMS, por sus siglas en inglés). Studd dedicó más de 18 años de su vida a la misión en África y se convirtió en una figura muy respetada en todo el continente. De las dificultades que tuvo que afrontar en su tiempo en China, él decía: «Durante cinco años, nunca salimos de casa sin recibir muchos insultos de nuestros vecinos» (Norman P. Grubb, C. T. Studd: Cricketer & Pioneer. Fort Washington, Pensilvania: Christian Literature Crusade, 1969, p. 17). No fue una tarea fácil la que estos hombres y sus familias emprendieron, pero nunca desistieron y su impacto evangelístico fue remarcable. Otros miembros del grupo también tuvieron un impacto significativo en las misiones, como Grenfell, quien fundó la Misión de los Pescadores de Hombres en Canadá y se convirtió en un defensor de la atención médica en el Ártico.
La importancia de los siete de Cambridge radica en su énfasis en la obra misionera global y su compromiso personal de dedicar sus vidas a esta tarea. Es importante notar que los siete eran jóvenes universitarios de familias acomodadas, que estuvieron dispuestos a poner sus privilegios detrás a fin de llevar el mensaje del evangelio a lugares desconocidos que necesitaban conocer el mensaje de salvación del Señor Jesús. A raíz de su impactante ejemplo, muchos otros decidieron seguir sus pisadas, y la Sociedad Misionera de Cambridge se convirtió en una de las organizaciones misioneras más influyentes del siglo xix, un siglo que sería muy importante para el crecimiento de las misiones mundiales, con figuras como William Carey, el padre de las misiones modernas y prolífico traductor bíblico, y Hudson Taylor, el padre de las misiones de fe y fundador de la CIM (Misión al Interior de China, por sus siglas en inglés).
A través del estudio de la Biblia, estos jóvenes llegaron a la convicción de que Dios los llamaba a llevar el evangelio y hacer discípulos de Cristo en todas las naciones. Esta visión misionera se convirtió en la fuerza impulsora detrás de su trabajo y su compromiso en las misiones cristianas.
En resumen, los siete de Cambridge fueron un grupo de jóvenes estudiantes universitarios, que tuvieron un impacto significativo en las misiones cristianas en todo el mundo. Su ejemplo personal y compromiso con la obra misionera global inspiró a muchas personas a unirse a la tarea de compartir el evangelio en todo el mundo. Su legado continúa vivo en la Sociedad Misionera de Cambridge y en las muchas organizaciones misioneras que se inspiraron en su ejemplo y compromiso. Su enfoque en la formación bíblica y el discipulado de los nuevos creyentes llevó a un mayor compromiso de la iglesia en la educación y la capacitación de líderes locales en todo el mundo. La Palabra de Dios, su estudio y aplicación, tuvo una importancia fundamental en la misión y visión de aquellos jóvenes y de muchos otros que siguieron su ejemplo. Sin ninguna duda, los siete de Cambridge tuvieron un impacto duradero en las misiones cristianas y en la historia del cristianismo en general.