spot_img

No hay corrupción grande o pequeña

Compártelo:

«…sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.» (1 Pedro 1.15-16)

No hay corrupción grande o pequeña
Imagen provista por pexels.com/es-es/@pixabay

¡Cuánto enojo produce enterarse de casos de corrupción de funcionarios públicos! Es muy feo descubrir que personas elegidas para trabajar por el pueblo, en realidad aprovechan su cargo para quedarse con dinero que no les corresponde. En otras palabras: para robar y estafar a los demás.

Pero la corrupción no está solo entre quienes desarrollan una tarea política. ¡Está presente en todas las áreas de la sociedad!

Somos corruptos cuando…

…elegimos el soborno como una manera de librarnos de recibir una multa.

…decidimos quedarnos con elementos del trabajo como si fueran nuestros.

…les mentimos a nuestros padres acerca de lo que hicimos anoche.

…nos adelantamos en la fila sin esperar que llegue nuestro turno.

…nos copiamos en el examen porque no hemos estudiado lo suficiente.

…hablamos mal de una persona ausente pero la elogiamos cuando está delante de nosotros.

No hay corrupciones «grandes» o «pequeñas». Es cierto que cada una produce consecuencias diferentes. Pero al fin y al cabo todo es lo mismo: siempre se utiliza el engaño para intentar solucionar los problemas.

Los seguidores de Jesús no debemos darle lugar a la corrupción en nuestros pensamientos, sentimientos, decisiones, dichos y hechos. Sabemos que la verdad jamás será superada por la mentira y que Dios está con quienes eligen vivir como personas auténticas en todos los aspectos de su vida.

¡La verdad –no la mentira– nos ayudará a vivir libres!

Sumérgete: Reflexionemos por unos momentos en nuestra propia vida. ¿Nos sentimos tentados a mentir para librarnos de una situación incómoda? Pidámosle ayuda a Dios para vencer las tentaciones y vivir siempre en la verdad.

.

━ Popular

El contexto histórico del Antiguo Testamento — Parte 1

Dice, Werner Schmidt, al comienzo de su obra Introducción al Antiguo Testamento (23): El AT se formó en el devenir de la historia y hace...

192 El templo profanado

En el tiempo de Jesús, el templo se había convertido en un mercado, donde la gente estaba más preocupada de hacer negocios.

¡Cuántos errores se cometen en el amor!

«Se han mostrado las flores en la tierra, el tiempo de la canción ha venido, y en nuestro país se ha oído la voz...

39. Mediocre

La mediocridad no nos lleva a ninguna parte. Es una fantasía creer que sin esfuerzo podremos llegar lejos. Cuando le damos a Dios el primer lugar en nuestras vidas ordenamos nuestras prioridades y nos permite valorar todo a nuestro alrededor. Conozcamos en este episodio como Dios desea que desarrollemos nuestras capacidades.

¿Qué atesoras en tu alma?

«Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová; mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo.» (Salmos 84.2) —¡Mi corazón está...

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí