• Ir a navegación principal
  • Ir al contenido principal
  • Ir a la barra lateral primaria
  • Descubre
  • Pregunta
  • Aprende
  • Vívela
  • Los 60 de la RVR60
  • Escucha
    • Los Hechos
    • Explora la Biblia
  • Mira
    • Biblia Generación Joven
      • 1 Bienvenido a la Biblia – Biblia Generación Joven
      • 2 Historias – Biblia Generación Joven
      • 3 Conectando con Dios: Biblia – Biblia Generación Joven
      • 4 Conectando con Dios: Oración – Biblia Generación Joven
      • 5 ¿Cómo se formó la Biblia? – Biblia Generación Joven
    • Historia RVR60
    • Devocionales
  • En tiempos difíciles

Pregunta

Preguntas sobre dudas frecuentes al estudiar la Biblia.

¿Cómo puedo leer la Biblia?

30 diciembre, 2020 by Servicio de publicaciones en Español Dejar un comentario

La lectura de la Biblia es gratificante, sin embargo, no siempre resulta fácil. Si te has hecho la pregunta «¿Cómo puedo leer la Biblia?» tenemos varias pautas que pueden ayudarte:

  • Tendrás que decidir si prefieres leer a solas o en grupo.
  • La compañía, a veces, ayuda sobre todo para entender el texto. Léelo varias veces.

Cuando hayas leído, piensa en las respuestas a estas preguntas:

  • ¿Por qué se escribió este pasaje?
  • ¿Cuál es el significado de cada palabra del texto que yo no entiendo?
  • ¿Qué significado tenía este pasaje para sus lectores originales?
  • ¿Qué me dice a mí este texto hoy?
  • ¿Qué dice el pasaje acerca de Dios?
  • ¿Qué me dice sobre Jesús?
  • ¿Qué pide que haga yo?

Ora y pide a Dios que lo que acabas de leer te ayude a vivir de acuerdo a su voluntad.

¡Adelante!

Mantén la costumbre de leer la Biblia y orar diariamente. Cuando es una experiencia nueva, te proponemos que uses el plan de lectura bíblica para un año para ayudarte en tu primera –y por lo tanto más difícil– etapa de lectura bíblica. De esta forma en un año, puedes tener una idea global de todos los libros que forman un todo.

Publicado originalmente en el sitio web de la Sociedad Bíblica de España.

Archivado en:Pregunta

¿Por qué en algunas Biblias no aparece en Mateo capítulo 13, versículo 11?

25 septiembre, 2020 by Servicio de publicaciones en Español 1 comentario

Este contenido no está disponible. Haz clic aquí para ver más artículos

Archivado en:Pregunta

¿Cómo era Judá durante el fin del siglo VIII y el principio del siglo VII a.C.?

20 septiembre, 2020 by Servicio de publicaciones en Español 1 comentario

(Cuarta parte de estudio sobre la literatura profética en la Biblia)

A partir del año 715 a.C. el rey de Judá fue Ezequías. Este rey, según el profeta Isaías cometió varios errores. Durante este tiempo Asiria sufrió varias rebeliones y su poder comenzó a mermar en el concierto internacional de las naciones del antiguo Cercano Oriente. [Leer más…] acerca de¿Cómo era Judá durante el fin del siglo VIII y el principio del siglo VII a.C.?

Archivado en:Pregunta

¿De qué predicaron los profetas?

6 agosto, 2019 by Servicio de publicaciones en Español 1 comentario

Otro tema central de la predicación profética es la fidelidad al culto de YHVH. Ese tema se encuentra, sobre todo, en Oseas, Jeremías y Ezequiel. Ellos denunciaron la idolatría en todas sus formas (cf., por ejemplo, Os 4.1-14; Jer 2.23-28) y, con tal finalidad, utilizaron ampliamente el simbolismo conyugal: YHVH era el esposo de Israel, pero los israelitas se comportaban como una esposa infiel, que engaña a su marido y se prostituye con el primero que pasa (cf., entre muchos otros textos, Os 2; Ez 16; 20). Era preciso, por lo tanto, volver a la fidelidad perdida (Jer 2.1-3), antes que fuera demasiado tarde (Jer 4.1-4).

Los profetas condenaron también el orgullo y la ambición de las clases dirigentes, que no mostraban la menor preocupación por el destino de su pueblo. La gente humilde era víctima de jefes sin escrúpulos, que creían que todo les estaba permitido (cf. Am 2.6-8). Ante el espectáculo generalizado de la venalidad y la corrupción, ellos manifestaron decididamente su solidaridad con las víctimas de la injusticia y denunciaron sin reserva a los opresores. Según sus enseñanzas, la fidelidad al Señor debía manifestarse no solamente en la observancia de ciertas prácticas cultuales y religiosas, sino también, y sobre todo, en el ámbito de las relaciones sociales. Sin la práctica de la justicia, el culto puramente exterior era abominable para el Señor (Is 1.10-20; Am 5.21-24).

La caída de Jerusalén

¿De qué predicaron los profetas?

Los profetas anunciaron repetidamente que Jerusalén sería destruida y que sus habitantes caerían bajo la espada de sus enemigos, o serían llevados al exilio, si no se volvían al Señor de corazón. Pero ni el pueblo ni sus gobernantes prestaron oídos a la palabra del Señor, y aquellos anuncios se cumplieron. El ejército de Nabucodonosor, rey de Babilonia, sitió la ciudad santa, y esta no pudo resistir al asedio. Los invasores entraron en Jerusalén, la saquearon, incendiaron el templo, se llevaron sus tesoros y vasos sagrados, y deportaron al sector más representativo de la población (2 R 25.1-21). El Salmo 74.4-9 describe con hondo dramatismo aquella catástrofe: Tus enemigos cantan victoria en tu santuario; ¡han puesto sus banderas extranjeras sobre el portal de la entrada! Cual si fueran leñadores en medio de un bosque espeso, a golpe de hacha y de martillo, destrozaron los ornamentos de madera. Prendieron fuego a tu santuario; ¡deshonraron tu propio templo derrumbándolo hasta el suelo! Decidieron destruirnos del todo; ¡quemaron todos los lugares del país donde nos reuníamos para adorarte! Ya no vemos nuestros símbolos sagrados; ya no hay ningún profeta, y ni siquiera sabemos lo que esto durará.

 

¿De qué predicaron los profetas?

El exilio

Comparado con la historia de Israel en su conjunto, el período del exilio fue relativamente breve: unos sesenta años desde la primera deportación (2 R 25.18-21) hasta el edicto de Ciro (2 Cr 36.22-23). Sin embargo, fue uno de los más ricos y fecundos en la historia de la salvación. Los israelitas meditaron sobre la catástrofe que les había acontecido, y esperaron con impaciencia que el Señor volviera a intervenir una vez más en favor de su pueblo (cf. Sal 137). Una vez que se cumplió el término fijado por Dios (cf. Jer 29.10), los exiliados escucharon la voz de los profetas que les anunciaban el fin del cautiverio y una pronta liberación (cf. Is 40—55).Cuando cayó Jerusalén, el rey Nabucodonosor estaba en el apogeo de su gloria; pero también a su país debía llegarle el momento de estar también sometido a grandes naciones y reyes poderosos (Jer 27.7). Los primeros indicios de la declinación de Babilonia se sintieron hacia el 546 a.C., cuando apareció en el escenario del Próximo Oriente antiguo un nuevo protagonista: Ciro, el rey de los persas. Entonces los exiliados pudieron esperar su liberación y el fin de la catástrofe (cf. Is 40–55). Esta se realizó en el año 539 a.C., con la caída de Babilonia.

La vuelta del exilio

El edicto de Ciro–del que la Biblia conserva dos versiones (Esd 1.2-4; 6.3-5)- autorizó a los deportados el regreso a Palestina. Este retorno fue paulatino. La primera caravana de repatriados llegó a Judá al mando de Sesbasar (Esd 1.5-11), que era una especie de alto comisario del imperio persa. Pero Sesbasar desapareció pronto de la escena y en lugar de él apareció Zorobabel. La reedificación del templo, que había empezado Zorobabel con mucho entusiasmo, se vio obstaculizada por las hostilidades de los samaritanos; pero estimulado por los profetas Hageo y Zacarías, puso de nuevo manos a la obra y en el año 515 a.C. el templo quedó terminado.

A partir del edicto de Ciro fueron llegando a Jerusalén sucesivas caravanas de repatriados. Muchos otros judíos, en cambio, prefirieron quedarse en la diáspora, donde habían prosperado económicamente, llegando a desempeñar, algunas veces, cargos de importancia como funcionarios del imperio persa (cf. Neh 2.1).

Con el paso del tiempo, la situación política, social y religiosa de Judea se fue deteriorando cada vez más. Entre los factores que contribuyeron a ese proceso hay que mencionar las dificultades económicas, las divisiones en el interior de la comunidad y, muy particularmente, la hostilidad de los samaritanos.

Nehemías, que a pesar de ser judío era un alto dignatario en la corte del rey Artajerjes I, se enteró que la ciudad de Jerusalén aún se encontraba casi en ruinas y con sus puertas quemadas. Entonces solicitó y obtuvo ser nombrado gobernador de Judá para acudir en ayuda del pueblo. Su valentía y firmeza superaron todas las dificultades, y en muy poco tiempo los muros de la ciudad fueron restaurados. Luego se dedicó a repoblar la ciudad santa, que estaba casi desierta, y tomó severas medidas en defensa de los más desvalidos y para reprimir algunos abusos (Neh 5.1-12), siendo él mismo el primero en dar el ejemplo (Neh 5.14-19). Un tiempo después volvió por segunda vez a Jerusalén y completó la reforma que había iniciado (Neh 10).
Esdras, un sacerdote y escriba que también había estado en Babilonia, desempeñó un papel igualmente importante en esta acción reformadora.

La diáspora

Como ya lo hemos recordado, muchos deportados a Babilonia, siguiendo los consejos de Jeremías (29.4-7), se dedicaron al cultivo de la tierra y a otras actividades rentables, y así lograron constituir en el exilio colonias muy florecientes. Por eso, cuando Ciro autorizó el regreso, renunciaron a volver a Palestina.

Más tarde, a estas colonias judías en territorio extranjero, se fueron sumando muchas otras, formadas por las olas sucesivas de judíos que emigraban de Palestina para probar fortuna en el exterior. De este modo, en el siglo 1 a.C., muchos emigrados judíos o los descendientes de ellos estaban diseminados por todas las regiones del mar Mediterráneo. Al conjunto de estas comunidades judías se le suele dar el nombre de «diáspora», palabra de origen griego que significa «dispersión» (cf. Stg 1.1; 1 P 1.1).
Por la influencia de estas comunidades de la diáspora, numerosos paganos se convirtieron al monoteísmo judío. Algunos aceptaban solamente algunos preceptos, y estos convertidos se llamaban «temerosos de Dios». Otros, más fervorosos, se sometían enteramente a la Ley mosaica y franqueaban la última etapa, sometiéndose a la circuncisión. Estos formaban el grupo de los «prosélitos». Según los Hechos de los Apóstoles, los primeros misioneros cristianos encontraron por todas partes «prosélitos» y «temerosos de Dios» (cf. Hch 2.11; 10.2; 13.16, 43).

El período intertestamentario

Entre el último de los libros del Antiguo Testamento y los escritos más antiguos del Nuevo, transcurre un período llamado «intertestamentario».

Para comprender mejor esta etapa es necesario recordar que en ella Israel vivió más que nunca de una promesa. La promesa hecha a Abraham, renovada a Moisés bajo la forma de alianza, luego a David, y recordada constantemente por los profetas, era el aliciente que mantenía viva la esperanza del pueblo.

Esta esperanza persistió bajo distintas formas a través de las vicisitudes de su historia, renaciendo cada vez renovada y tendida siempre hacia el futuro. A partir de las pruebas del exilio y de la desaparición de la realeza, ella estuvo centrada, sobre todo, en la figura del Mesías, el nuevo David. Los que esperaban al Mesías tendían a representar su reinado bajo aspectos puramente terrestres, como la conquista y la dominación de los pueblos paganos que tantas veces habían oprimido a Israel. En este sentido se reinterpretaban los antiguos anuncios proféticos, como este de Amós ‘El día viene en que levantaré la caída choza de David. Taparé sus brechas, levantaré sus ruinas y la reconstruiré tal como fue en los tiempos pasados, para que lo que quede de Edom y de toda nación que me ha pertenecido vuelva a ser posesión de Israel’. El Señor ha dado su palabra, y la cumplirá (Am 9.11-12).

Esta perspectiva era la más corriente, aunque no exclusiva, en tiempos de Jesús. Al lado de ella encontramos la llamada «corriente apocalíptica». El adjetivo «apocalíptico» viene de apokálypsis, palabra griega que significa «revelación». Todo apocalipsis, en efecto, es una revelación sobre el sentido profundo de la historia humana, ya que en la historia se realiza un misterioso designio de Dios, que solo puede darlo a conocer la revelación divina. Según este plan, al fin de los tiempos Dios va a triunfar sobre el mal y a enjugar las lágrimas de sus fieles (cf. Ap 21.4). Pero mientras llega el fin, el mal despliega todo su poder y persigue al pueblo de Dios, hasta el punto de infligir una muerte violenta a muchos creyentes. En este contexto, el apocalipsis quiere dar una palabra de consuelo, de aliento y de esperanza al pueblo de Dios perseguido.

La lectura de estos escritos es apasionante pero difícil. En parte, por las constantes alusiones históricas que se encuentran en ellos, y que requieren un buen conocimiento de las circunstancias en que fueron redactados esos escritos. Y más todavía, por el empleo del «género apocalíptico», es decir, de una forma literaria que se caracteriza, sobre todo, por el constante recurso al lenguaje simbólico.

Archivado en:Pregunta

¿Jehová, Yahvé, Señor? — Parte 1

18 julio, 2019 by Servicio de publicaciones en Español 3 comentarios

¿Qué hay en el Nombre y cómo traducirlo?

Las traducciones actuales.

Para quienes hemos nacido en la tradición evangélica y pertenecemos a las generaciones que crecieron con la Reina-Valera 1909 o 1960, leer o decir «Jehová» para referirnos al nombre especial y singular del Dios del AT es algo normal.

[Leer más…] acerca de¿Jehová, Yahvé, Señor? — Parte 1

Archivado en:Pregunta

¿Jehová, Yahvé, Señor…? —Parte 2

18 julio, 2019 by Servicio de publicaciones en Español Dejar un comentario

¿Qué hay en el Nombre y cómo traducirlo?

¿Por qué «Jehová» y no «Yahvé» en la RVR y en la RVR-95?

Cuando los masoretas (grupo de eruditos judíos de la Edad Media) decidieron agregarle al texto bíblico hebreo la puntuación vocálica, con el fin de evitar la pérdida de la pronunciación correcta de las Sagradas Escrituras, trataron de manera muy especial el nombre divino.

[Leer más…] acerca de¿Jehová, Yahvé, Señor…? —Parte 2

Archivado en:Pregunta

¿Qué idiomas habló Jesús?

24 mayo, 2019 by Servicio de publicaciones en Español Dejar un comentario

Lugar y tiempo

«Tierra Santa» es el nombre con el que se conoce a los lugares donde tuvo su escenario la vida y ministerio de Jesús. A toda esa porción de tierra se la conoce como Palestina o «Tierra de Israel». Un pequeñísimo rincón enclavado en lo que hoy se conoce como el Medio Oriente. La superficie total del país es de unos 25 000 km un poco mayor que Belice o El Salvador. [Leer más…] acerca de¿Qué idiomas habló Jesús?

Archivado en:Pregunta

¿Qué es la Biblia? — Parte 1

30 abril, 2019 by Servicio de publicaciones en Español Dejar un comentario

El significado de la palabra «Biblia»

Hay varias maneras de responder a esta pregunta. Una de ellas consiste en explicar el significado de la palabra Biblia. Biblia es una palabra de origen griego (el plural de biblion, «papiro para escribir» y también «libro») y significa literalmente «los Libros». Del griego, ese término pasó al latín, y a través de él a las lenguas occidentales, no ya como nombre plural, sino como singular femenino: la Biblia, es decir, el Libro por excelencia. Con este término se designa ahora a la colección de escritos reconocidos como sagrados por el pueblo judío y por la iglesia cristiana. [Leer más…] acerca de¿Qué es la Biblia? — Parte 1

Archivado en:Pregunta Etiquetado con:La Biblia

¿Qué es la Biblia? — Parte 2

30 abril, 2019 by Servicio de publicaciones en Español Dejar un comentario

El contenido de la Biblia

La explicación anterior afirma cosas importantes, pero también deja otras sin responder. Porque si alguien pregunta «¿Qué es la Biblia?», aunque no lo manifieste expresamente, quiere saber algo más. Ante todo, quiere saber algo de lo que dice la Biblia.

De ahí la necesidad de completar la respuesta diciendo algo sobre el contenido de la Biblia.

[Leer más…] acerca de¿Qué es la Biblia? — Parte 2

Archivado en:Pregunta

¿Qué es la Biblia? — Parte 3

30 abril, 2019 by Servicio de publicaciones en Español Dejar un comentario

El Nuevo Testamento

Después de haber hablado a nuestros padres por medio de los profetas, Dios envió a su Hijo Jesucristo —su Palabra eterna, que ilumina a todos los seres humanos— para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna (Jn 3.16). [Leer más…] acerca de¿Qué es la Biblia? — Parte 3

Archivado en:Pregunta

  • Ir a la página 1
  • Ir a la página 2
  • Ir a la página siguiente »

Barra lateral primaria

Reflexiones Corona Virus

Reflexiones Corona Virus

Pódcast Los Hechos | La historia de la traducción Reina Valera

Recientes

  • Pódcast: El cuarto discurso de Jesús – Mateo 18
  • La Biblia en la familia – Parte 3
  • Siete elementos del Amor
  • ¿Qué es un cristiano según la Biblia?
  • Pódcast: La transfiguración de Jesús – Mateo 17
Vive la Biblia
Descubre la Biblia
Pregunta sobre La Biblia
Aprende La Biblia
Víve la Biblia
Los hechos

Suscríbete y recibe cada semana artículos y devocionales para conocer más la Biblia

Al darte de alta aceptas nuestra Política de Privacidad.

¡Muchas gracias!

Te has unido con éxito a nuestra lista de suscriptores.

En breves instantes recibirás un mensaje en tu correo electrónico para confirmar tu suscripción. No olvides buscarlo en tu bandeja de correo no deseado o spam.

Nuestro compromiso es brindarte contenidos relevantes para profundizar tu conocimiento del texto bíblico.

.

Lo + visto

  • El matrimonio de acuerdo a la Biblia
  • El extraordinario amor de Dios
  • Cuatro salmos para cuando un ser querido está enfermo
  • La mujer de Lot
  • ¿Qué significa «servir a Dios»?

COPYRIGHT © 2020 SOCIEDADES BÍBLICAS UNIDAS. DERECHOS RESERVADOS

Utilizamos cookies para asegurar que damos la mejor experiencia al usuario en nuestra web. Si sigues utilizando este sitio asumiremos que estás de acuerdo.AceptarPolítica de privacidad