Los traductores del NT tienen algunas desventajas que no tienen quienes traducen la literatura contemporánea de un idioma moderno a otro.
Por Roger L. Omanson
Problemas intrínsecos y extrínsecos
El traductor del NT está alejado por casi dos mil años de las culturas del mundo del NT. Y las culturas judía, griega y romana de aquel tiempo no solo son diferentes de la nuestra hoy día, sino que tampoco se habla ya el idioma del NT. El griego moderno es un desarrollo del griego koiné, es decir, del lenguaje cotidiano que utilizaba el mundo grecorromano del primer siglo; pero el griego moderno es muy diferente al griego que hablaban los cristianos del primer siglo. Los significados exactos de algunas palabras y modismos del griego koiné son a veces difíciles de determinar, dado que no podemos verificarlos con personas que hablen esa lengua.
Los traductores del NT enfrentan dos clases de problemas. (1) Algunos problemas son intrínsecos, es decir, algunos pasajes son difíciles para los traductores de cualquier idioma receptor. (2) Otros problemas se deben a características especiales de la lengua receptora y a desarrollos históricos en el uso del lenguaje religioso en la situación del idioma receptor.
Entre los problemas intrínsecos están:
(a) un significado incierto de una palabra en el texto griego;
(b) una ambigüedad en la construcción gramatical griega; y
(c) el uso de lenguaje figurado o simbólico, cuyo significado no es claro para los lectores de hoy. Más adelante analizaremos estos y otros problemas.
Hay otros problemas que enfrentan los traductores del NT, que no se deben a que el NT en sí mismo sea difícil, sino a características especiales del idioma receptor, o bien, a la situación religiosa de la cultura de la lengua receptora.1 Por ejemplo, algunos idiomas receptores tienen dos formas para el pronombre en primera persona plural «nosotros». Una forma incluye solamente a los hablantes (forma exclusiva) y la otra incluye tanto a los hablantes como a los oyentes (forma inclusiva). Como el griego no posee esta distinción, los traductores que traducen a idiomas que sí la establecen, a veces tienen problemas para decidir cuál forma requiere el contexto del NT.
Otros problemas son provocados por la situación religiosa. En las regiones donde tanto católicorromanos como protestantes tienen una larga tradición en el mismo idioma, se ha desarrollado con frecuencia un vocabulario propio para muchos términos, como por ejemplo «bautizar», «Espíritu Santo» y «profeta». En estas situaciones, los traductores que trabajan en traducciones interconfesionales descubren muchas veces que ni los católicos ni los protestantes están dispuestos a ceder los términos que han aprendido. En el caso de algunos proyectos de traducción, este problema ha llegado a tal punto que los traductores han concluido por realizar traducciones separadas, una para los católicorromanos y otra para los protestantes.
Traducciones literales y traducciones por equivalencia dinámica
La siguiente discusión sobre problemas especiales de la traducción del NT se basa en una importante suposición: la traducción implica transferir el significado del texto a la lengua receptora, y no meramente la forma del texto. Casi todas las traducciones del NT que se hicieron antes de la segunda mitad del siglo XII fueron traducciones literales, es decir, conservaron lo más posible la forma del griego. Esto significó que con frecuencia los lectores del idioma receptor no entendieran lo que leían. Sin embargo, aunque los traductores hagan traducciones bastante literales, deben resolver ciertos problemas. Pero cuando los traductores se convencen de que la traducción debe ser una transferencia de significado, entonces la tarea se vuelve más difícil.

Por ejemplo, en español y en muchos otros idiomas se puede hacer una traducción literal de Marcos 1.4. La última parte de ese versículo, traducido literalmente, dice: «el bautismo de arrepentimiento para perdón de pecados». Las palabras en cursiva son sustantivos en griego y también en español. Con frecuencia, los escritores del NT usaban sustantivos encadenados de esta manera. Sin embargo, esa cadena de sustantivos no es natural en muchos idiomas, por lo que los lectores tienen dificultad para entender la relación entre los sustantivos. Si los traductores desean transferir el significado, quizá deban usar verbos en lugar de sustantivos, e indicar quiénes son los diferentes sujetos y objetos, como lo aclaran las siguientes afirmaciones:
❑ Juan bautiza personas.
❑ Las personas se arrepienten de sus pecados.
❑ Dios perdona a las personas.
❑ Las personas pecan.
Luego, los traductores deben armar nuevamente las partes separadas, uniéndolas en forma tal que expresen las relaciones correctas entre las diferentes partes. Y deben armarlas de manera que suene natural en el idioma receptor. Analicemos, por ejemplo, la traducción que de Marcos 1.4 hacen RVR (una traducción literal) y DHH (una traducción equivalente dinámica) y observemos que DHH ha conservado el significado correcto, traduciendo el versículo, a la vez, en una forma más fácil de comprender.
Bautizaba Juan en el desierto, y predicaba el bautismo de arrepentimiento para perdón de pecados (RVR).
Sucedió que Juan se presentó en el desierto bautizando a la gente; les decía que debían volverse a Dios y ser bautizados, para que Dios les perdonara sus pecados (DHH).
Traducción e interpretación
Antes de seguir adelante, debe enfatizarse que el tema de este capítulo son «los problemas de la traducción del NT», y no los «problemas de la interpretación del NT». A veces es difícil traducir ciertos versículos o pasajes precisamente porque son difíciles de interpretar, es decir, de comprender. Pero ambos problemas no deben confundirse. La traducción y la interpretación están estrechamente relacionadas, pero no son idénticas.
1. Algunos pasajes son muy fáciles de interpretar, pero muy difíciles de traducir.
Unos cuantos ejemplos lo dejarán en claro.
1.1 Hechos 1.12. El escritor de Hechos declara que la distancia entre Jerusalén y el monte que se llama de los Olivos es «camino de un día de reposo» (Hch 1.12). El judaísmo del primer siglo tenía muchas restricciones sobre lo que se podía y no se podía hacer durante el sábado, para no violar el mandato que prohibía trabajar ese día. Una de esas restricciones consistía en que, en sábado, una persona solo podía recorrer pequeñas distancias, como de un kilómetro. Por tanto, el escritor de Hechos simplemente afirma aquí que Jerusalén estaba como a un kilómetro del monte que se llama de los Olivos. La interpretación de «camino de un día de reposo» es sencilla, pero su traducción no lo es.
En muchos idiomas, la traducción literal dará la idea de que se trata de una distancia de 30 o 40 kilómetros. Los lectores de hoy con frecuencia no comprenden las restricciones religiosas que había para los viajes durante el día sábado, y no comprenden que no se podía viajar tanto como en otros días. La traducción literal del griego, «camino de un día de reposo», es, por tanto, confuso para muchos lectores. Por esta razón, la NBE utiliza el verbo «permitirse» y añade «que dista poco»: «que dista poco…lo que se permite caminar en sábado» (DHH hace algo parecido). La traducción de NBE transmite a los lectores la idea de que la distancia era corta, y de que había restricciones en cuanto a lo que se podía viajar en sábado. TLA dice: «como un kilómetro», y la versión inglesa GNB dice: «como media milla». La BL expresa la distancia indicando el tiempo que se requería para ir de Jerusalén al monte: «que está a un cuarto de hora de Jerusalén». En algunas partes de África, donde no se hablan idiomas europeos y donde las distancias no se miden en kilómetros ni en millas, a veces los traductores han empleado la frase «una distancia de dos paradas para descansar», lo cual hace referencia al número de veces que se detiene a descansar una mujer que recorre esa misma distancia con una carga de leña.
1.2. Hechos 7.51. Esteban les dice a los judíos que son «incircuncisos de corazón y de oídos». La interpretación es sencilla para quien comprenda que, entre los judíos, la circuncisión significaba ingresar como miembro en el pueblo del pacto de Dios y aceptar las obligaciones de obedecer a Dios. Tener corazones y oídos incircuncisos es lenguaje figurado que significa que uno se niega a escuchar lo que Dios dice y se niega a obedecerle. Sin embargo, estas palabras no son fáciles de traducir si es que deseamos que la traducción comunique el significado en la lengua receptora. Las traducciones literales de las palabras griegas, como ocurre en RVR, confunden a muchos lectores. ¿Cómo se puede circuncidar el corazón y los oídos? LPD traduce estas palabras como «paganos de corazón y cerrados a la verdad», y la BL como «endurecieron su corazón y cerraron sus oídos».
2. Por otra parte, algunos pasajes son fáciles de traducir, pero difíciles de interpretar.
2.1. Romanos 11.16. Pablo escribe: Pues si el primer pan que se hace de la masa está consagrado a Dios, también lo está la masa entera. Y si la raíz de un árbol está consagrada a Dios, también lo están las ramas. Traducir estas palabras del griego al español no es difícil. ¿Pero qué quiso decir Pablo? ¿Quiso decir que los judíos incrédulos estaban consagrados por causa de los patriarcas judíos del AT? ¿O quiso decir que los judíos incrédulos estaban consagrados por la fe de los judíos cristianos? ¿Y quién es la «raíz» en la segunda parte del versículo: los patriarcas del AT, los judíos cristianos, o Cristo?
2.2. 2 Tesalonicenses 2.6–7. Pablo les dice a los cristianos de Tesalónica: «Y ahora ustedes saben lo que lo detiene…sólo falta que sea quitado de en medio el que ahora lo está deteniendo». Estas palabras son fáciles de traducir. Pero aunque Pablo les dice a los lectores originales que «saben», la verdad es que los eruditos de hoy simplemente no saben a qué se estaba refiriendo Pablo. ¿Por qué utiliza el género neutro en el versículo 6 («lo que») y luego el masculino en el versículo 7 («el que»)?
En las páginas restantes es importante recordar que los problemas de la traducción implican a veces problemas de interpretación, pero que ambas disciplinas no son iguales. El énfasis de la discusión que sigue gira en torno a los problemas de la traducción.
Las diferentes clases de escritos implican problemas diferentes
El NT se compone de tres grupos diferentes de escritos.
(1) Los primeros cuatro libros (los Evangelios) y Hechos de los Apóstoles contienen mucha narrativa y diálogos, y las historias se mueven rápidamente de principio a fin.
(2) Las cartas del NT —las cartas de Pablo y las Epístolas Generales— contienen razonamientos lógicos que se expresan a veces en pocas palabras y, por tanto, no son fáciles de entender para los lectores actuales.
(3) El Apocalipsis, pertenece a un tipo de literatura llamada «literatura apocalíptica». Este tipo de literatura contiene muchas imágenes simbólicas. Este libro no es tan difícil de traducir como de comprender, pero igualmente presenta dificultades particulares para la traducción.

Problemas comunes en todos los escritos del NT
1. El texto del NT
El primer problema que enfrentan los traductores es decidir cuál texto griego traducir. No existe ya ninguno de los escritos originales, los cuales se hacían a mano. Solo contamos con copias de copias de los manuscritos originales. Durante los primeros siglos, los copistas cometieron muchos errores mientras copiaban a mano copias de otros manuscritos. Por eso hoy día, aunque tenemos varios miles de copias del NT en griego, latín, siríaco, copto y otras lenguas antiguas, todos estos manuscritos contienen errores. El problema de los especialistas textuales es saber cuáles palabras son las originales y cuáles son errores de los copistas.
Desde el siglo XVI se han impreso muchas ediciones del NT Griego. Los editores de esas ediciones no se basan solamente en uno de los manuscritos, sino en varios de ellos; en aquellos que, por supuesto, consideran mejores. Los editores recurren a otros manuscritos cuando concluyen que los primeros tienen errores. Las versiones del NT Griego más ampliamente utilizadas hoy día son el Novum Testamentum de Nestle-Aland, vigesimosexta edición (publicada por primera vez en 1979), y la tercera edición de The Greek New Testament, de las Sociedades Bíblicas Unidas (1983; la cuarta edición fue publicada en 1993). Aunque algunos traductores se basan totalmente en el texto griego de ambas ediciones, la mayoría de los traductores disiente a veces con lo que los editores de esos NT han impreso, y prefieren utilizar alguna lectura variante.
2. Falta de puntuación en los escritos originales
Los primerísimos manuscritos se escribieron en mayúsculas, sin dejar espacio alguno entre las palabras y las oraciones. El nombre técnico de esta clase de escritura es scriptio continua. No había pausas para indicar las divisiones, ni signos de puntuación (como puntos, comas y comillas), ni ninguna otra clase de puntuación que actualmente dan por sentada los lectores. Poco a poco, los escribas empezaron a añadir signos de puntuación en los manuscritos que copiaban. A partir de los siglos VI y VII, los manuscritos usan la puntuación más frecuentemente que en los siglos anteriores. Los signos de pregunta son muy raros en los manuscritos del NT que se copiaron antes del siglo IX.
Las ediciones impresas del NT Griego incluyen algunos signos de puntuación, pero esa puntuación solo refleja las decisiones que han hecho los editores, con base en un estudio cuidadoso de los manuscritos antiguos y del sentido del texto. Por consiguiente, un problema para los traductores es saber cómo decidir la puntuación de algunos versículos. Veamos.
2.1. ¿Cuáles palabras van juntas? Dado que los primeros manuscritos no utilizaron comas ni puntos, a veces no es claro si algunas palabras del texto griego deben ir con las palabras precedentes o con las palabras que siguen.
Efesios 1.4–5. Las palabras «en amor» de estos versículos se pueden añadir a las palabras precedentes para afirmar que Dios «nos escogió… para que fuésemos santos y sin mancha delante de él en amor». De acuerdo con esta división de palabras, el «amor» es una actitud humana de los cristianos a quienes Dios escogió. LPD dice: Y nos ha elegido en él, antes de la creación del mundo, para que fuéramos santos e irreprochables en su presencia, por el amor. Pero las palabras «en amor» también se pueden añadir a las palabras que siguen, colocando una coma antes de «en amor», como lo hace RVR, o un punto, como hace DHH. En este caso, Pablo estaría hablando sobre el amor de Dios, y no del amor que tienen los cristianos. La traducción que DHH hace de los versículos 4 y 5 dice: «Dios nos escogió en Cristo desde antes de la creación del mundo, para estar en su presencia, consagrados a él y sin culpa. Por su amor [literalmente, «en amor»] nos había destinado a ser adoptados como hijos suyos…».
2.2. ¿Dónde empiezan y dónde terminan las citas? Por lo general, no es difícil determinar el comienzo de una cita, pero muchas veces no queda claro dónde termina.
2.2.1. Juan 3.10. Jesús comienza su respuesta a Nicodemo en el versículo 10. Pero ¿dónde terminan las palabras de Jesús, y dónde comienzan las del escritor del evangelio? En algunas traducciones, la cita termina al final del versículo 13. Otras traducciones cierran la cita al final del versículo 15. BL utiliza comillas en el versículo 10 para marcar el inicio de la cita, pero no tiene comillas en ninguna otra parte para indicar el final de la cita —en la revisión del 2004 ya aparecen comillas finales en el v. 21.
2.2.2. Gálatas 2.14 (¿o 21?). Pablo les relata a los gálatas lo que le dijo a Pedro cuando lo confrontó en Antioquía. Lo que Pablo le dijo a Pedro comienza con: «Tú, que eres judío», en el versículo 14. ¿Pero dónde concluye la cita? DHH y LPD terminan la cita al final de versículo 14. Sin embargo, la NVI y la NBE continúan la cita hasta el final del versículo 21. BL utiliza comillas en el versículo 14 para iniciar la cita, pero no pone comillas de cierre que muestren dónde terminan las palabras de Pablo a Pedro.
2.3. ¿Cuáles palabras son citas? Como los primeros manuscritos (y sin duda también los manuscritos originales) no usaron comillas, no es fácil saber cuándo un escritor está citando a otro. Muchos de los intérpretes actuales creen que cuando Pablo escribió 1 Corintios, citó palabras de la carta que ellos le habían enviado en los versículos 6.12, 13; 7.1 (véase más adelante) y 8.1, 4, 8, y luego respondió a sus inquietudes. El significado en 1 Corintios 7.1, por ejemplo, puede variar mucho, pues (a) o Pablo les está aconsejando a los esposos cristianos abstenerse de tener relaciones sexuales con sus esposas (RVR, DHH), o (b) les está diciendo: «Ustedes dicen: ‘Bueno sería que el hombre no se casara [= abstenerse de la mujer]’. Pero yo os digo, a causa de la inmoralidad sexual, cada uno debe tener su propia esposa…» (NRSV [1991] y REB [1992]).
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*****Busque la segunda parte de este artículo aquí: «Problemas especiales en la traducción del Nuevo Testamento — Parte 2»
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Notas y referencias
1 Véase un análisis más completo sobre este asunto en el capítulo «Traducción bíblica y culturas indígenas», de Guillermo Mitchell.