«Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.» (Génesis 2.18)
¿Qué cualidades debe tener la persona con quien desearíamos compartir el resto de nuestra vida? Estas palabras finales son muy importantes: «compartir el resto de nuestra vida.» Recordemos que el propósito del noviazgo es conocer mejor al otro y decidir comprometerse en amor a través del matrimonio.
Aquí tenemos algunos consejos que nos ayudarán a elegir bien. Cuando miremos a nuestro alrededor y encontremos a alguien que nos gusta, no nos quedemos solo con las apariencias. Durante la amistad y antes de comenzar el noviazgo tratemos de descubrir si la persona…
- sabe cuál es su vocación, es decir, qué desea hacer el resto de su vida;
- cuida bien su dinero y lo ahorra, o lo gasta en tonterías;
- trata bien a sus padres y a la gente mayor;
- tiene amigos a quienes les expresa su afecto y fidelidad;
- piensa en el noviazgo como el camino hacia el matrimonio;
- muestra respeto hacia los demás y no anda por allí diciendo insultos o esparciendo chismes.
Dios nos creó con propósitos bien claros y definidos. Uno de ellos es que lo conozcamos y lo amemos a través de una relación personal con Jesús como Señor y Salvador de nuestra vida. ¡Ésa es la característica más importante que debemos buscar en la persona con quien nos gustaría comenzar un noviazgo!
¿Es un seguidor de Jesús? ¿Asiste a una iglesia? ¿Ama a los demás y por eso quiere hablarles de Jesús? ¿Tiene en cuenta a Dios en todo lo que dice y hace?
¡Consideremos todas las cualidades!
Sumérgete:
Si fracasamos en otras relaciones de noviazgo, ¡intentémoslo de nuevo! Pero al hacerlo, consideremos éstas y otras cualidades importantísimas que deben estar presentes en la persona que amamos.
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