Los vaqueros que amaban la Biblia

Los actores Roy y Dale Rogers eran muy populares en su época. Detrás de la imagen de Roy Rogers se desarrollaron muchos elementos de promoción. Hubo figuritas de acción, novelas de aventuras de vaqueros, una tira de comics, así como una serie de libros de Dell Comics (Roy Rogers Comics) escrita por Gaylord Du Bois, y diversos éxitos comerciales. Solamente Walt Disney superaba a Rogers en la comercialización de artículos propios. Aunque Roy murió en 1998 y Dale en 2001, todavía sigue funcionando su club de admiradores, que fuera administrado, inicialmente, por su hijo Roy Rogers, Jr.

Por su contribución a la industria cinematográfica, Roy Rogers tiene una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, en el 1752 de Vine Street. Por su contribución a la radio tiene una segunda estrella, en el 1733 de la misma vía y finalmente, en el 1620 tiene una estrella por su actividad televisiva.

Roy y Dale Rogers eran cristianos comprometidos y en 1953 apoyaron una campaña de promoción de la lectura de la Biblia auspiciada por la Sociedad Bíblica Americana.

En una entrevista, Roy Rogers dijo que él siempre creyó que lo importante no pasaba por el dinero o la fama sino por el carácter, la virtud, la cortesía y lo bueno, que triunfa sobre lo malo.

La esposa de toda su vida fue Dale Evans. Al poco tiempo de casarse, Dale abrazó la fe evangélica durante un tiempo muy difícil de su vida. A partir de allí su entrega fue total y se convirtió en una conferencista popular y una incansable voluntaria de grupos cristianos. Sus 17 libros tratan primordialmente con el impacto que la fe tuvo en su vida.

Si bien la conversión de Dale fue total, nunca presionó a su esposo, Roy Rogers, para que se volcara hacia Dios. Al principio Roy miraba la fe de su esposa como algo hermoso para ella, y por un tiempo no quiso acompañarla en el camino de la fe. Sin embargo, la profunda fe de su esposa fue cambiando el parecer de Roy hasta que él también tuvo una conversión espiritual que lo llevó a amar a Dios y a comprometerse con su fe.

La fe de Roy y Dale fue probada en agosto de 1950, cuando a su beba recién nacida, Robin Elizabeth, le diagnosticaron una rara enfermedad que acabó con su vida dos años después. Lejos de apartarlos de su fe, la experiencia profundizó aún más los lazos de amor y confianza en Dios, y su vida espiritual fue fortalecida. Siempre dijeron que la corta existencia de Robin había sido una de las más grandes bendiciones de sus vidas.

Por último, vale la pena comentar que si bien su fe a veces fue un obstáculo para su carrera de actor, siempre prevaleció por sobre todo lo demás. Como ilustración de esto recordamos lo que sucedió en 1952, cuando Roy estaba ensayando para la primera de un serie de presentaciones en el Madison Square Garden y los promotores del evento se dieron cuenta de que él planeaba empezar cada función entonando las estrofas del himno «¡Cuán grande es él!».

Inmediatamente le aconsejaron no hacerlo pues, según ellos, haría fracasar las presentaciones. Roy, que siempre fue reconocido como un hombre agradable y cortés, también fue un hombre de convicciones fuertes y les dijo a los promotores que se haría tal y como estaba planeado o no seguiría adelante con las presentaciones. Ante la insistencia de Roy, se continuó tal como se había planeado y Roy, Dale y sus músicos se presentaron 43 veces en el estadio, comenzando cada vez entonando las estrofas del histórico himno. La asistencia a los conciertos se convirtió en un récord para ese tipo de eventos.

Roy Rogers y Dale Evans, dos personas que supieron conciliar su fe y su trabajo priorizando siempre su relación con Dios ante todo lo demás.

Roy Rogers murió el 6 de junio de 1998 (87 años) y Dale Evans murió el 7 de febrero de 2001 (89 años). Estuvieron casados por 51 años. Desde la conversión de cada uno de ellos, permanecieron siempre fieles al Señor.

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