«Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.» (Génesis 2.15)
Llega un momento en el que deseamos ganar nuestro propio dinero y tener cierta independencia económica. Tal vez nos preguntemos: «¿Podré conseguir trabajo?» «¿Qué consejos tendría que considerar?» «¿Por dónde debo empezar?»
Antes de emprender la búsqueda laboral es importante que recordemos lo siguiente: ¡el trabajo es una bendición! Desde los primeros días de la existencia del ser humano, la Biblia enseña que Dios le asignó a Adán una tarea específica: trabajar. El trabajo puede ser una manera de expresar nuestra creatividad y desarrollar nuestros talentos.
Por eso, al buscar trabajo consideremos los siguientes pasos de acción:
- Primero, pidámosle a Dios que nos guíe en cada momento y nos permita encontrar lo que necesitamos.
- Segundo, antes de comenzar la búsqueda por distintos lugares, investiguemos en la Internet y en los periódicos las opciones que mejor se adaptan a nuestras necesidades.
- Tercero, tengamos una actitud positiva. Levantémonos temprano y visitemos los sitios que hemos escogido de antemano. No olvidemos llevar la hoja de vida (currículum o resumé) en donde figuren las referencias. Si allí disponen de solicitudes laborales, completemos cada formulario con letra clara.
- Cuarto, no nos detengamos hasta encontrar el trabajo que deseamos. Quizás, momentáneamente debamos cumplir tareas que no esperábamos realizar, pero con el tiempo, si somos disciplinados, lograremos nuestros objetivos.
La mayoría de los empleadores está a la pesca de personas honradas, dispuestas y trabajadoras. ¡Practiquemos esas virtudes y tendremos éxito en todo lo que emprendamos!
Sumérgete:
Dios promete que jamás les hará faltar a sus hijos lo necesario para vivir. Allí también está incluido el trabajo que nos permitirá servirle, desarrollarnos y ayudar a nuestra familia.