La noche antes de la crucifixión, Jesús se reúne con sus doce discípulos y pronuncia el muy importante discurso del aposento alto.
Este discurso fue dado por Jesús:
- Como transición entre los Evangelios y el libro de los Hechos
- Dos días después del discurso del Monte de los Olivos
- La noche de la crucifixión
- Inmediatamente antes de Getsemaní
- Durante la Cena Pascual
- En un aposento alto que Jesús pidió prestado en secreto para evitar que sus enemigos intervinieran antes de terminarlo
I. Servicio
Después de lavar los pies de sus discípulos, Jesús les pregunta: ¿saben qué hice? Si siendo su Señor y Maestro he lavado sus pies, ustedes también deben lavarse unos a otros. Sin duda, Filipenses 2.5-11 viene a nuestra mente.
Jesús dice que debemos lavarnos los pies unos a otros porque tenemos:
- Suciedad física a causa del caminar diario
- Suciedad espiritual a causa de pecados no confesados cometidos en nuestro diario vivir.
- Dos estados espirituales
- Judas — Nunca fue regenerado
- Los Once — Regenerados, pero sucios por pecados cotidianos.
- Dos estados espirituales
- Lección
- Servicio unos a otros
- Confesión unos a otros
- Derriba cualquier intención elitista
- Muestra la importancia del amor entre los creyentes
II. Amor
Asimismo, Jesús les dijo: «Les doy un mandamiento nuevo (de una clase distinta). Que se amen como yo los amé». Aquí, Jesús suma algo a lo que los discípulos ya habían aprendido respecto al amor. Ellos sabían que debían:
- Amar a Dios — Amor vertical
- Amar al prójimo — Amor horizontal
Ahora suma otro aspecto —muy importante— del amor:
- Amar como él nos amó— Amor sacrificial, en primer término, y unos
a otros en segundo término.
El Señor instituye el amor recíproco, y juntamente con eso, todos los otros mandamientos recíprocos que aparecen a lo largo del NT (ámense, cuídense, sírvanse, etc.)
Más adelante, el Señor Jesús agrega: «El que tiene mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo le amaré y me manifestaré a él».
El amor y la obediencia a Jesús van juntos.
«Sírvanse, unos a otros», nos había dicho. «Ámense unos a otros»,nos dice ahora.
III. Frutos
Toda la enseñanza acerca de los frutos la encontramos en forma de parábola en el capítulo 15. Resumiéndolo, podríamos decir que Jesús dijo: «La clave de la vida cristiana fructífera es permanecer en mí».
«Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, tendrán fruto, mucho fruto y fruto que permanece».
El fruto es:
- Evidencia de actitudes y decisiones internas
- El resultado de aplicar la Palabra de Dios a nuestra vida y en nuestra vida
- Las características producidas por el Espíritu Santo cuando nos controla – Efesios 5.18 viene a nuestra mente.
- Nuestro trabajo para la extensión del Reino de Dios.
CONCLUSIÓN
Tres mandamientos
- El mandamiento del servicio mutuo (recíproco). Un nuevo rol.
- El mandamiento del amor mutuo (recíproco). Una nueva responsabilidad.
- El mandamiento de llevar fruto, mucho fruto, fruto que permanezca Nuevos resultados