¡Todos estamos de paso en el viaje de la vida!

¡Todos estamos de paso en el viaje de la vida!

«De Jehová son los pasos del hombre; ¿Cómo, pues, entenderá el hombre su camino?» (Proverbios 20.24)

¡Todos estamos de paso en el viaje de la vida!
Imagen provista por unsplash.com/@arttravelling

Todos saben que están de paso cuando viajan en el autobús. Nadie está allí para quedarse, sino que cada uno tiene un destino, un lugar al cual desea llegar.

Algunos duermen durante el viaje. Madrugaron para llegar a tiempo a su trabajo y el cansancio hace que se desplomen en el asiento. Otros están encerrados en sí mismos, conectados con el mundo a través de la música que les llega por los auriculares. Hay quienes miran hacia afuera entretenidos con el paisaje, y los demás conversan acerca del clima, el gobierno o la economía.

Mientras avanza en su trayecto, el autobús recorre distintos distritos de la ciudad. Cada tanto se detiene para que bajen algunos pasajeros y suban otros. Y así lo hará hasta finalizar su recorrido.

La vida se parece a un viaje, ¿no es cierto? Comienza cuando nacemos y termina el día en que morimos. A través de los años viviremos distintas situaciones y compartiremos el recorrido con otros «pasajeros»: nuestros familiares, amigos, vecinos, compañeros de estudio o de trabajo. Gente que, al igual que nosotros, experimenta su propia travesía.

¡Todos estamos de paso en el viaje de la vida! El asunto es decidir quién nos conducirá durante el recorrido. Cuando permitimos que Dios nos guíe en todo lo que pensamos, sentimos, decimos y hacemos, podremos estar seguros de que llegaremos a destino y que el trayecto será una aventura llena de felicidad.

Sumérgete: ¿Permitimos que Dios sea el conductor de nuestra vida? Él nos creó y sabe lo que es mejor para cada uno de nosotros. ¡Hagamos la prueba y experimentaremos la diferencia!

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