Traducción y teología II — Parte 2

Traducción y teología II — Parte 2

Análisis contextual de «tsedeq» en la RVR (español) y la KJV (inglés)

Historia y significado del término «rectitud» (righteousness)

El significado del término «rectitud» que se encuentra en diccionarios de inglés contemporáneo está generalmente unido a un contexto teológico o religioso. El significado primero es que «rectitud» es la «calidad o condición de ser recto; conformidad de vida o conducta con los requisitos de la ley divina o moral; especialmente en teología: se aplica a la perfección del ser divino, y a la justificación del ser humano a través de la expiación».1 Otro diccionario agrega las ideas de pureza de corazón y rectitud de vida. También subraya el concepto de conformidad con la ley divina. Junto con el concepto de «rectitud» también se mencionan cuestiones de santidad y principios santos.2 Y aun otra obra resalta la calidad o estado de «ser» recto. La idea de carácter honesto y recto forma parte de este matiz. Y en una tercera definición se incluye «el estado de ser recto y justo».3

Por Esteban Voth

Es bien claro que la comprensión moderna del término es aquella que en primer lugar expresa un «estado». Esto significa que «rectitud», expresa más una condición de «ser» y no tiene connotación activa. En segundo lugar, las diversas definiciones en diccionarios seculares siempre caracterizan el término en relación con una ley moral y divina. Por lo tanto, una persona recta, o que demuestra rectitud, es una persona que está bien parada frente a Dios, que ha sido justificada por Dios y que exhibe las cualidades de santidad, pureza, honestidad e inocencia. Finalmente, las definiciones ofrecidas sugieren en su mayoría un sentido individualista de la palabra. En la comprensión moderna del término no parece tomarse en cuenta el aspecto comunitario. En resumen, una caracterización a base de categorías opuestas sería la siguiente: la rectitud no es activa sino pasiva; está teológicamente atrapada y, por lo tanto, no es pertinente en términos seculares; es individualista y no comunitaria. Reconozco que definir un concepto en términos de blanco y negro puede que conduzca a conclusiones un tanto exageradas. No obstante, mi propuesta es que la comprensión popular contemporánea de «rectitud» cae dentro de estas categorías.

La pregunta que todavía hay que contestar es esta: ¿Cómo utilizaron y entendieron el término los traductores de la KJV? Esto, como es de suponer, nunca es fácil de discernir, ya que es imposible preguntarles directamente. También sospechamos que los diferentes traductores de la KJV tuvieron opiniones diversas en cuanto a cómo utilizar la palabra «rectitud» y cómo traducir tsedeq. Verdaderamente estamos frente a una variante del muy conocido problema de descubrir la «intención original» del autor.

 

Traducción y teología II — Parte 2

Uno de los primeros problemas que enfrentamos al querer descubrir el significado de «rectitud», es discernir de qué manera se utilizaba el término a fines del siglo 16 y principios del siglo 17 en Gran Bretaña. El problema se agrava cuando uno descubre que hasta el año 1604 no existía ningún diccionario inglés tal como los que tenemos en la actualidad. Lo que existían eran glosarios, vocabularios y una serie de diccionarios bilingües, que no pueden compararse con los diccionarios monolingües que organizan las palabras en orden alfabético e intentan definir el significado de las palabras utilizando en forma sistemática otras palabras del mismo idioma. En este sentido, el inglés estaba bastante atrasado con respecto a otros idiomas (como el francés, el italiano y el alemán). Asombra el hecho de pensar que Shakespeare no tenía acceso a un diccionario completo mientras escribía lo que llegaría a ser literatura inglesa de primer orden. Por el hecho de que no existían diccionarios en ese tiempo, Winchester ha afirmado:

Si el idioma que tanto inspiró a Shakespeare tuvo límites, si sus palabras tenían orígenes, ortografías, pronunciaciones, significados definibles, no existía entonces un libro que las estableciera y definiera. El idioma inglés se hablaba y se escribía, pero en la época de Shakespeare no estaba definido ni fijado.4

La falta de un tratamiento sistemático de cualquier palabra hace que sea doblemente difícil discernir su significado en una época determinada. Lancashire ha señalado, refiriéndose al mundo anglohablante del siglo 16, que «la mayoría de las personas que vivían en aquel tiempo habrían entendido la pregunta «¿qué significa esta palabra?» como si se pidiera la traducción, la etimología, o algún gesto que señalase algo en el mundo denotado por dicha palabra”.5

Una gran ayuda será la reconstrucción moderna del inglés de aquella época. En la Universidad de Michigan se desarrolla un proyecto llamado Diccionario del inglés de la época entre 1100 y 1450.6 Este diccionario intenta descubrir el significado de palabras inglesas usadas entre los años 1100 y 1500 aproximadamente. Es el intento de elaborar un diccionario a partir de la literatura de esa época. Valiéndose de numerosas fuentes de la literatura inglesa de esos años, se intenta recrear significados léxicos de cada palabra. Pues bien, ese diccionario sugiere que la palabra «rectitud» (righteousness, en inglés) probablemente proceda de una palabra más antigua: right-wisnesse. Según este proyecto, right-wisnesse significaba «justicia, imparcialidad». Lo que todavía no queda totalmente claro, según mi parecer, es la transición de right-wisnesse a righteousness como se usa en la traducción de tsedeq en la KJV.

Al no tener una fuente precisa que esclarezca el significado y uso del término «rectitud» en los siglos 16 y 17, el próximo paso será analizar algunos factores que tuvieron influencia sobre la producción de esa maravillosa obra literaria que hoy conocemos como la KJV.

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El escenario político y social en la Inglaterra de principios del siglo 17 estaba bastante convulsionado. Para el año 1603, cuando ya había muerto la reina Isabel I, Inglaterra se había instalado como intérprete de peso en el concierto de las naciones europeas. Un dato que apoya esta afirmación es el hecho de que la Iglesia de Inglaterra había cortado toda relación con la Iglesia de Roma. Esto no significa que en Inglaterra había unidad entre los distintos grupos religiosos. Es más, una de las tareas más urgentes para el rey Jaime I era resolver el problema de la división que se había producido respecto de qué versión de la Biblia sería la «versión autorizada», legitimada por las autoridades políticas. La situación era tal que la gente no estaba usando la denominada Bishops’ Bible (1568) ni la Great Bible (c. 1535) que habían sido colocadas en las iglesias. La gente se había abocado a la lectura y la compra de las ediciones de la Geneva Bible (1560) que se producían rápidamente en las imprentas de Inglaterra y Holanda.

Por sugerencia del Dr. John Reynolds, Presidente del Corpus Christi College, en Oxford, y vocero del grupo Puritano, el rey Jaime I decidió apoyar una nueva traducción de la Biblia y propuso que

esta deben hacerla los hombres más eruditos de las dos universidades; luego debe ser revisada por los obispos y por los que tienen más educación en la iglesia, para presentarla después al Consejo-Priuie, y finalmente debe ser presentada para su ratificación por la autoridad de su Majestad, y así lograr que toda la Iglesia esté amarrada a ella, y a ninguna otra traducción.7

Es evidente que detrás del proyecto de la producción de la KJV había una agenda importante: producir una traducción que fuera la única versión legítima y legitimada por la autoridad política, y que además fuera un texto que unificara a todos bajo una sola versión.

Todo proyecto de traducción comienza con la articulación de ciertas reglas y principios que han de servir de guía para el equipo (cuyos miembros se comprometen a seguirlos). Para los propósitos de este estudio, las siguientes directrices que se les dieron a los traductores de la KJV resultan pertinentes:

  1. Deberá seguirse el texto de la Biblia común de la Iglesia, conocida como la Bishops’ Bible. Se permitirán cambios mínimos de acuerdo con lo que permita el texto del original.
  2. Deberán mantenerse las antiguas palabras eclesiásticas. Por ejemplo, la palabra «iglesia» no será traducida por «congregación». [El término griego permite ambas traducciones].
  3. Cuando una palabra tenga varios significados, se utilizará el significado que los padres de antaño han preferido.
  4. No se agregarán notas al margen, salvo para explicar ciertas palabras del hebreo o del griego que necesiten una explicación detallada que no pueda ser incluida con elegancia en el texto mismo de la traducción.8

Además, es importante reconocer tanto la influencia de la Bishops’ Bible como la de otras versiones tales como la de Tyndale, Matthew, Coverdale, Whitchurch (Great Bible) y la Geneva Bible. Es interesante notar que también se consultaron traducciones en otros idiomas contemporáneos, incluyendo la Valera de 1602, la precursora de la RVR.9 Puesto que se sabe que la Bishops’ Bible debía utilizarse como texto base, se cree que los cambios que aparecen en la KJV son el resultado de la influencia de la Geneva Bible.

En relación con el vocablo tsedeq, la Bishops’ Bible nunca utiliza la palabra «justicia» para traducirlo. Por lo tanto, dado que esa Biblia serviría como texto base para los traductores de la KJV, no debe sorprendernos que «justicia» y sus cognados no aparezcan en la KJV como traducciones de tsedeq. También es interesante notar que la Geneva Bible utiliza la palabra «justicia» en alguna ocasiones. Es más, la Geneva Bible traduce la palabra tsedeq por «justicia» un total de 12 veces más que la KJV. Con base en esto sugiero que la Geneva Bible intentó reflejar en su traducción el espectro más amplio de significados de tsedeq. Esto implica que los traductores de la KJV tuvieron la oportunidad de seguir construyendo a partir de la Geneva Bible y de incorporar los logros de dicha traducción, pero no lo hicieron. Las instrucciones y reglas que los guiaban eran claras: se debía seguir la Bishops’ Bible fielmente y cambiarla lo menos posible. Otros factores también determinaron la falta de flexibilidad en el proceso de traducción de la KJV. En primer lugar, y quizá de mayor importancia, es el hecho de que esta traducción fue ordenada por el rey. Uno no puede evitar la sospecha de que tendría que evitarse cualquier tipo de traducción considerada un tanto cuestionable, o que de alguna manera pusiera en tela de juicio a la autoridad política. Walter Wink ha señalado un ejemplo de cómo los traductores empleados por el rey Jaime estaban condicionados. Sabemos que uno de los motivos que llevó a este rey a patrocinar una nueva traducción de la Biblia fue el de contrarrestar las ideas «sediciosas… peligrosas y traicioneras» expresadas en las notas al margen impresas en la Geneva Bible, que incluían la aprobación del derecho a desobedecer al tirano.10 Wink argumenta que la traducción de las palabras de Jesús en Mateo 5.38-41 es mucho más que una simple traducción del griego al inglés. Esta traducción hizo que la resistencia no violenta fuera transformada en docilidad. Al traducir antistenai simplemente por «no resistan al mal» (resist not evil), sugiere que lo que Jesús pide es que uno debe someterse totalmente a cualquier poder monárquico. Sin embargo, Jesús mismo se enfrentó muchas veces a los poderes políticos injustos. Por lo tanto, una mejor traducción tomaría esto en cuenta, y Wink propone una tercera vía (a third way) que no es ni la violencia ni la pasividad, sino la vía de la presencia no violenta. Por ejemplo, una traducción como la de Today’s English Version («No tomes venganza de alguien que te haga algún mal»: Do not take revenge on someone who wrongs you) no le habría dado suficiente seguridad al rey en cuanto a una resistencia activa no violenta.

En esta misma línea de pensamiento, sugiero que otra de las razones por las cuales los traductores empleados por el rey Jaime ni consideraron la posibilidad de incorporar los últimos cambios hechos por la Geneva Bible referentes a tsedeq, fue que la idea de «justicia» no era algo que le convenía al rey. El rey no quería que la gente pensara que la justicia podría ser parte de su responsabilidad espiritual. Palabras poderosas como «justicia», «justo», «derecho» y «fidelidad comunal», no favorecían los intereses del rey. Una palabra religiosa como «rectitud», que habla más de una situación pasiva, de un estado, que de algo activo y de una responsabilidad intencional hacia el «otro», en especial hacia el marginado, era preferible y más segura. «Rectitud» es, además, un término que se refiere más a la condición individual personal, que a la preocupación por el shalom comunitario. Sostengo, entonces, que «rectitud» (righteousness) servía mejor a los intereses del rey y a los propósitos de la monarquía.

Un tercer factor que influyó significativamente en la producción de la KJV fue la cosmovisión puritana de aquel tiempo. Cabe recordar que fue el Dr. John Reynolds, el vocero del grupo puritano, quien convenció al rey Jaime de la necesidad de producir una nueva traducción de la Biblia que tuviera la aprobación de toda la iglesia y que trajera a todos bajo la autoridad de una única versión. Suponemos que al Rey no le preocupaba mucho que los puritanos se interesaran tanto por la santidad individual, la pureza y el carácter moral de una persona. Pero, sin duda, lo que lo tuvo muy preocupado fue el marcado énfasis que los puritanos ponían tanto en la justicia social como en su actitud antagónica hacia el estilo de vida lujoso de la corte real.11 Años después, en 1644, el puritano Samuel Rutherford publicó su famoso manifiesto titulado Lex, Rex (La ley y el príncipe). En este tratado, Rutherford cuestiona abiertamente el derecho del rey a colocarse por encima de la ley y oprimir a los pobres. A lo largo del documento, y en varias ocasiones, se hace un llamado al rey para que garantice la justicia.12 Los intereses puritanos, por ende, no le convenían al rey. Me parece que este contexto altamente politizado determinó, por cierto, la toma de decisiones sobre la traducción. Una vez más, «rectitud» (righteousness), que como hemos visto es un término casi exclusivamente religioso, expresaría mejor los intereses y la ideología del rey. Cuestiones como la justicia social, la transformación de estructuras sociales malvadas y la responsabilidad cívica, no eran prioritarias para el rey de turno.

Hubo otro factor que tuvo influencia sobre el producto final de la KJV: la decisión de eliminar las notas al margen del texto. Quizá no fue un factor determinante, pero sí tuvo sus consecuencias, pues dio comienzo a una práctica, en la traducción de la Biblia, que se basaba en la idea de que un texto «limpio, simple, sin adornos» era un texto libre de prejuicios y subjetividades y, por tanto, objetivo y puro. Ciertamente, existían motivos válidos para eliminar algunas de las notas de la Geneva Bible, por ser muy tendenciosas y cargadas de una ideología en particular. Por otro lado, el resultado final de esta práctica fue el desarrollo de otra ideología que colocó a la traducción bíblica en un pedestal intocable. Si bien en algunas notas al margen del texto se habría podido explicar e ilustrar los diferentes matices de una palabra como tsedeq, una traducción simple, plana y al estilo de concordancia servía mucho mejor a los propósitos del rey.

Análisis de textos clave

Tal como ya se ha señalado, la palabra tsedeq aparece en el AT 119 veces. Por supuesto, esto no incluye el uso de sus cognados en el texto hebreo. Al analizar una serie de pasajes, he llegado a concluir que mi propuesta se vería fortalecida si incluyera como evidencia las 157 veces que aparece tsedaqah. Pero, para que este estudio se mantenga dentro de ciertos parámetros razonables, he decidido limitar mis argumentos a contextos donde aparece la palabra tsedeq. De las 119 veces mencionadas, he elegido, para ilustrar y exponer el problema entre manos, ejemplos que pertenecen a diferentes géneros literarios.

Un texto significativo de la literatura deuteronómica es Deuteronomio 16.20. La RVR dice: «La justicia, la justicia seguirás, para que vivas y heredes la tierra que Jehová tu Dios te da». En cambio, la KJV traduce: «That which is altogether just shalt thou follow, that thou mayest live, and inherit the land which the Lord thy God giveth thee» (Aquello que es totalmente justo, seguirás, para que puedas vivir, y heredar la tierra que el Señor tu Dios te da). Otras versiones en inglés han captado lo que la RVR sugiere: «Follow justice, and justice alone» (Sigue la justicia, y solamente la justicia; NIV); «Justice, and only justice, you shall follow» (La justicia, y solo la justicia seguirás; RSV); «Let true justice prevail» (Permite que la verdadera justicia prevalezca; NLT); «Justice, and justice alone» (Justicia y solamente justicia; NEB). El contexto más amplio de este versículo particular tiene que ver con responsabilidades comunitarias. El versículo anterior habla claramente de no pervertir la justicia, de ser imparcial y de no aceptar el soborno. Para el lector moderno del texto bíblico, «seguir y perseguir la justicia» encierra una connotación bastante diferente a «totalmente justo». Afirma claramente que la relación pactual con Dios requiere que se practique la justicia y que la justicia sea cultivada en la sociedad. La KJV diluye el impacto de la repetición del hebreo tsedeq tsedeq que aparece al principio del versículo. Es obvio que el contexto de la KJV ya se preparó con la traducción del versículo anterior (Dt 16.19) donde dice: «No le arrebatarás juicio». Para sorpresa mía, la New Scofield Reference Bible (1967) decidió corregir la versión autorizada del rey Jaime e introdujo la frase «Thou shalt not distort justice» (No distorsionarás la justicia) en el texto, y colocó la traducción de la KJV en el margen de la página. Si uno de los requisitos básicos de una traducción es provocar en el lector una respuesta similar a la de los lectores u oyentes originales, sugiero que la traducción de este texto en la RVR lo consigue mucho mejor que las otras traducciones. Es una traducción que mueve hacia la responsabilidad comunal para que se le haga justicia al «otro». Y fue precisamente esta preocupación por la justicia comunitaria lo que haría posible que los oyentes originales vivieran y heredaran la tierra. Jeffrey Tigay comenta lo siguiente en relación con este versículo:

Los mandamientos judiciales del versículo anterior ya habían sido establecidos en la Torá. Fiel a su costumbre, Deuteronomio agrega una exhortación a favor de un principio básico de justicia, y, al subrayar los beneficios que esto traerá, busca persuadir a su auditorio para que lo siga… El perseguir la justicia es una condición indispensable para que Dios posibilite que Israel perdure y florezca en la tierra prometida.13

Traducción y teología II — Parte 2

Pasando al género poético, consideremos Salmos 4.5 y, en especial, su relación con el versículo 1 del mismo salmo. La RVR dice: «Ofreced sacrificios de justicia, y confiad en Jehová”. La KJV traduce: «Offer the sacrifices of righteousness, and put your trust in the Lord» (Ofreced sacrificios de rectitud, y poned vuestra confianza en el Señor).

Dos asuntos preliminares merecen nuestra atención. En primer lugar, algo que es bien evidente en las dos traducciones: los verbos ofrecer y confiar están en imperativo. En otras palabras, no son meras sugerencias sino mandatos que deben tomarse en serio. La segunda cuestión es un detalle que no se ve tan claramente en inglés como en castellano. Los mandatos están, en el texto hebreo, en plural, es decir, se dirigen a la comunidad toda, no solamente al individuo. Si bien esto puede quedar aclarado en el texto inglés del versículo 2, vale la pena señalarlo, ya que muchas veces los versículos de los salmos se sacan de contexto y se citan, en la iglesia, como unidades aisladas.

El salmo describe la situación de una persona que es acusada y perseguida. El poeta comienza el poema con una plegaria pasional. Dado el contexto, consideramos que es mucho más apropiado traducir tsedeq en el v. 1 como «justicia»: «Respóndeme cuando clamo, oh Dios de mi justicia». Estoy de acuerdo con Kraus en que el v. 5 se debe leer a la luz del v. 1, y sostengo, por lo tanto, que «sacrificios de justicia» concuerda mejor con el contexto comunitario. Kraus dice:

Si ahora z-b-h ts-d-q se puede conectar con ‘lh’ ts-d-q (v. 1) —y esto es obvio—, entonces estamos tratando con sacrificios por medio de los cuales se reconoce la justicia que procede de Yahvé… A partir de esta relación, el significado de z-b-h ts-d-q solo puede ser el traer a los perseguidores y a los perseguidos a una nueva relación social en el sacrificio, luego de la declaración de justicia hecha por Yahvé. Asimismo, entrarían en una relación social acorde con el impartir de ts-d-q por parte de Yahvé.14

El tema tiene que ver más con practicar la justicia que con ofrecer sacrificios que producirían una especie de moral y un estado de santidad individuales. Sin duda, estas cuestiones están presentes en tsedeq, pero al traducir o incorporar la preocupación por la justicia, el mensaje es nuevamente más dinámico, más comunal, y resulta en la transformación de relaciones sociales que a su vez afectan a toda la comunidad.

En Salmos 50.6 la RVR dice: «Y los cielos declararán su justicia, porque Dios es el juez». Por su parte, la KJV traduce: “And the heavens shall declare his righteousness: for God is judge himself” (Y los cielos declararán su rectitud, porque Dios mismo es juez). Una vez más, Kraus nos advierte acerca de que tsedeq aquí se inclina hacia el sentido de «la justicia en sí».15 Si en verdad Dios es juez, entonces es lógico que los cielos declaren su justicia. Esa justicia ciertamente tendrá una dimensión moral, e incluirá santidad, conducta correcta y todo lo que la palabra o idea de «rectitud» (righteousness) connota. Pero, más importante aún, también declara y requiere que las relaciones estén basadas en un tipo de justicia que posibilite que hombres, mujeres y niños se relacionen con Dios y el uno con el otro. Sin la justicia de la que habla tsedeq, no puede desarrollarse una relación genuina.

Un ejemplo final de la literatura poética merece nuestra atención. Quizá el salmo más popular y el de más influencia en la iglesia, en todas las culturas a través de los siglos, ha sido el 23. Se cita y se memoriza una y otra vez en diferentes contextos y en las escuelas dominicales de todo el mundo. Este salmo ha trascendido la lengua, y, en él, personas de distintos grupos étnicos, clases sociales, idiomas, trasfondos académicos, etc. han encontrado una fuente de inspiración y consuelo. La RVR dice en el v. 3: «Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre». En cambio, la KJV afirma: “He restoreth my soul: he leadeth me in the paths of righteousness for his name’s sake” (Él restaura mi alma: me guía por sendas de rectitud por causa de su nombre). Dado el contexto de todo el salmo, uno podría argumentar que «justicia» no es la traducción más adecuada para tsedeq. Es muy probable que el poeta, al pensar en su situación, tuviera en mente más la idea de «victoria» o aun de «salvación», que son posibilidades semánticas para tsedeq. No obstante, lo que deseo no es tanto proponer aquí una traducción específica, sino puntualizar que quien lee u oye el salmo se ve afectado de manera muy diferente cuando lee «sendas de justicia» que cuando lee «sendas de rectitud». Dado que este es un poema tan popular en la tradición de la iglesia, es importante comprender esas diferencias. De esto hablaremos más en la sección final de este trabajo.

Si bien podríamos considerar varios ejemplos de la literatura sapiencial en la Biblia hebrea, concluiremos esta sección con unos ejemplos de la literatura profética. El profeta Isaías es el profeta que más utiliza el vocablo tsedeq: 25 veces. Como se ha mencionado ya, el profeta está constantemente preocupado por las relaciones comunales correctas, donde no se ignoren las necesidades de los marginados.

En Isaías 1.21 la RVR dice: «¿Cómo te has convertido en ramera, oh ciudad fiel? Llena estuvo de justicia, en ella habitó la equidad; pero ahora, los homicidas». La KJV vierte: «How is the faithful city become an harlot! it was full of judgement; righteousness lodged in it; but now murderers» (¡Cómo la ciudad fiel se ha convertido en ramera! Estaba llena de juicio, la rectitud moraba en ella; pero ahora, homicidas).

Traducción y teología II — Parte 1

He elegido este versículo, en primer lugar para mostrar cómo se usa tsedeq en paralelismo con mishpat (justicia, derecho). La RVR ha tomado esto en cuenta y ha introducido un matiz diferente para tsedeq, a decir, «equidad». Pero, en segundo lugar, para sugerir que la KJV ha errado el camino al traducir mishpat por «juicio». El contexto del versículo claramente indica que lo que se quiere comunicar es que, en un momento de su historia, Jerusalén estaba llena de «justicia», no «juicio» (compárese con otras versiones en inglés: RSV, NIV, NLT, NEB). Es por esto por lo que si el primer término (mishpat) se traduce mejor por «justicia», tsedeq adquiere una connotación un tanto diferente. RVR usa el término «equidad» con el significado de «lo que es equitativo, imparcialidad, honestidad». En otras palabras, es casi sinónimo de justicia en el sentido de que todos son tratados en forma igualitaria según las estipulaciones del pacto. Brueggemann está en lo cierto cuando afirma:

A la ciudad se la recuerda como que había sido fiel en el pasado, llena de justicia y rectitud, y totalmente impregnada por las prácticas pactuales que realzan a la comunidad toda. Pero ahora, la ciudad se compara a una ramera: caprichosa, consentida y carente de principios… Todos buscan mejorar su posición personal, y a nadie le importa el bien común. Cuando hay tanta búsqueda del beneficio propio, es predecible que los necesitados de la sociedad desaparecerán de la pantalla de la conciencia pública. Viudas, huérfanos representan la prueba decisiva en cuanto a justicia y rectitud (cf. 1.17). Respecto de esta prueba, Jerusalén ha fallado total y decisivamente. Los grandes temas teológicos de la vida con Yahvé se reducen a la política concreta establecida para con las viudas y los huérfanos.16

El contexto del pasaje se comprende mejor con palabras que señalan más una preocupación comunitaria por la justicia que con palabras que sugieren un estado moral individual.

El mismo escenario se nos presenta cuando uno compara las diversas traducciones de Isaías 1.26. Son muy diferentes las implicaciones y reacciones de lectores y oyentes cuando uno considera si Jerusalén será llamada «Ciudad de justicia» (RVR) o «Ciudad de rectitud» (KJV).

El último pasaje de esta sección que queremos presentar es Isaías 61. Este texto es por demás conocido por el hecho de que Jesús cita estas palabras del profeta al anunciar su ministerio. Jesús busca, de esta manera, darle validez y legitimidad a sus actos. En este capítulo, la palabra tsedeq aparece en el v. 3, y el vocablo cognado tsedaqah en los vv. 10 y 11. En este último pasaje me tomaré la libertad de incluir dos usos de la palabra tsedaqah para reforzar mi argumento.17

En los primeros dos versículos del capítulo encontramos una preocupación puntual por los no privilegiados de la sociedad: los afligidos, los de corazón herido, los presos, los cautivos, etc. Luego, en el v. 3, leemos que el resultado de las palabras y acciones del siervo/mesías será que a la gente se la llamará «árboles de justicia» (RVR) o «árboles de rectitud» (KJV) (trees of righteousness). Dado el tema planteado en los primeros dos versículos, sugiero que el contexto indica que tsedeq aquí se refiere a la justicia que se debe practicar a favor de aquellos que no tienen el poder para cambiar o transformar su situación.

Si se acepta que este es el significado del v. 3, es lógico entonces que quien habla en el v. 10, es decir, Sión misma,18 habiendo experimentado la justicia ofrecida por el Mesías, puede ahora encarnar esa justicia: «…porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia» (tsedaqah). Siguiendo con el v. 11, Dios habla y hace que brote la «justicia» (tsedaqah) y la «alabanza» de Sión en favor de todas las naciones. Michael H. Crosby, al comentar sobre la cuarta bienaventuranza («Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia»), dice lo siguiente:

Constituidos en la justicia de Dios, él nos utiliza para «hacer que la justicia y la alabanza brote ante todas las naciones» (Isaías 61.11)… La justicia es la autoridad de Dios, que se debe manifestar en el mundo… Cuando Dios intervino en la vida de la comunidad que sufrió la injusticia de parte de su clase clerical, la comunidad experimentó a Yahvé como «nuestra justicia» (Jer. 23.6; 33.16; cf. Isa. 11.1-11). A Israel se la llama a un similar ministerio de justicia, en el poder de esa justicia experimentada. Ya que la experiencia religiosa y el ministerio de Israel son arquetipos de nuestra espiritualidad, cuando el mundo vea nuestro ministerio de justicia, también debería poder decir de nosotros, «nuestra justicia».19

Si el mundo alguna vez ha de experimentar nuestro ministerio de justicia, el significado primordial de tsedeq tiene que salir a la luz en nuestra interpretación del texto. El problema en Latinoamérica ha sido que la palabra «justicia» se ha leído e interpretado a través de la cosmovisión del movimiento misionero que siempre entendió «rectitud» en estos pasajes. El estado pasivo de religiosidad y moralidad individual que transmite la palabra «rectitud» (righteousness) nunca va a movilizar a la iglesia a «practicar y a crear la justicia» en este mundo.

 

*****Busque la tercera parte de este artículo aquí: «Traducción y teología II Parte 3».

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Notas y referencias

1The Shorter Oxford English Dictionary on Historical Principles, vol. II (Oxford: Clarendon Press, 1933), p. 1739.
2Webster’s Universal Dictionary of the English Language, vol. II (New York: The World Syndicate Publishing Company, 1936), p. 1430.
3Webster’s New International Dictionary of the English Language, 2ª edición, íntegra (Springfield: G. & C. Merriam Company, 1935), p. 2148.
4Simon Winchester, The Professor and the Mad Man (New York: Harper Collings Publishers, 1995), pp. 82-83. (Traducción mía)
5Ian Lancashire, What Renaissance Dictionaries Tell us about Lexical Meaning. Puede verse en Consultado el 10 de enero del año 2000. (Traducción mía)
6Middle English Dictionary (Ann Arbor: University of Michigan, 1984).
7Citado en A Ready-Reference History of the English Bible (New York: American Bible Society, 1971), p. 22. (Traducción mía)
8La lista completa de reglas puede encontrarse en Gustavus S. Paine, The Men Behind the KJV (Grand Rapids: Baker Book House, 1977), pp. 70-71. (Traducción mía)
9La versión de Valera de 1602 es una revisión hecha por Cipriano de Valera de la traducción de Casiodoro de Reina, de 1569. La revisión de Valera ha sido a su vez revisada más de una decena de veces. La RVR es la revisión de 1960. Sociedades Bíblicas Unidas publicó una nueva revisión en 1995.
10Walter Wink, The Powers That Be (New York: Doubleday, 1998), pp. 98-101.
11H. G. Alexander, Religion in England, 1558-1662 (London: University of London, 1968), p. 135.
12Rutherford, S., Lex, Rex, or The Law and the Prince (Harrisonburg: Sprinkle Publications, 1982), pp. 54-57; 89; 96-97.
13Jeffrey Tigay, Deuteronomy, The JPS Torah Commentary (Philadelphia: The Jewish Publication Society, 1996), p. 161. (Traducción y énfasis míos)
14Hans-Joachim Kraus, Psalms 1–59: A Commentary (Minneapolis: Augsburg Publishing House, 1988), pp. 148-149. (Traducción mía)
15Ibid., p. 492.
16Walter Brueggemann, Isaiah 1–39 (Louisville: Westminster John Knox Press, 1998), pp. 21-22. (Traducción y énfasis míos)
17M. Weinfeld ha mostrado el paralelo que existe entre el par hebreo mishpat/tsedaqah y el par acadio kittum u misharum, donde el par acadio al igual que el par hebreo se refiere al «sentido de justicia». M. Weinfeld, «Justice and Righteousness –mishpat and tsedaqah–The Expression and its Meaning», en H.G. Reventlow y Yair Hoffman, editores, Justice and Righteousness, JSOTS 137 (1992), p. 230.
18No hay consenso en cuanto a «quién» es el que habla en el v. 10. Sugerimos que los argumentos a favor de considerar a Sión como la que habla en vez del siervo/mesías son más convincentes. Cf. John Oswalt, The Book of Isaiah Chapters 40–66 (Grand Rapids: Eerdmans, 1998), pp. 574-575.
19Michael H. Crosby, Spirituality of the Beatitudes (Maryknoll: Orbis Books, 1982), pp. 118-119.

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