La historia de la traducción de la Biblia en Asia es extensa. Se remonta hasta mediados del siglo II d.C., el tiempo cuando los Evangelios fueron traducidos al siríaco, la lengua cultural y religiosa localizada en la ciudad de Edesa, en la Turquía moderna. La versión común o Peshita, proveniente del siglo V d.C., fue llevada por los evangelistas durante el siglo VI d.C. a lugares tan lejanos como Sri Lanka y China.Por Graham Ogden
Aparte de las tempranas traducciones al siríaco, contamos solamente con información muy somera acerca del trabajo subsecuente de traducción bíblica, hasta el tiempo de la Reforma. El papa Benedicto hizo mención en 1335 de una Biblia de Mongolia. Probablemente se trataba del NT y los Salmos, realizada en 1306, por un monje franciscano en la corte de Kublai Khan. Desafortunadamente no existe vestigio alguno de este texto. La traducción de la Biblia ha sido una tarea realizada mayormente después del tiempo de la Reforma.
En las lenguas asiáticas predominantes, la traducción bíblica comprobada como la más antigua es la de Malasia. Fue de hecho la primera traducción a una lengua no europea de una porción completa de la Biblia (Mateo). El responsable de la traducción (1612) fue el mercader holandés Albert C. Ruyl, y fue publicada en 1629 como versión bilingüe holandés-malasio, por la Compañía Holandesa India Oriental.
El continente asiático abarca una enorme diversidad de pueblos, culturas y lenguas. Por esta razón, la siguiente exposición solamente se propone señalar una selección de los eventos más importantes en el desarrollo de la traducción bíblica en Asia.
Traducción bíblica y evangelización
Las primeras traducciones bíblicas en Asia fueron hechas por misioneros católicos, quienes tradujeron pasajes del AT, incluyendo los Salmos, y los Evangelios, con propósito litúrgico; es decir, para usarlos en el culto conforme con el año litúrgico.
Una de las traducciones más antiguas fue al japonés, realizada en Goa, India, por un marinero japonés llamado Yajiro. Francis Xavier, un misionero jesuita, había conocido a Yajiro en 1548 y le había pedido que tradujera algunos pasajes del Evangelio de Mateo. Cuando Xavier llegó al Japón en fecha posterior, descubrió que la traducción era de pobre calidad e inútil. El siguiente intento parece haber sido un NT traducido por otros misioneros jesuitas en Kyoto, en 1613. De esta traducción no existen copias; si existiera alguna copia sería ciertamente anterior al Evangelio de Mateo en malasio (1629).
A principios del siglo XVII, los misioneros protestantes se avocaron también a la tarea de la traducción bíblica. Las misiones protestantes compartieron el concepto de que la traducción de la Biblia es esencial para la tarea evangelística, pues sin las Escrituras en la lengua local y en las manos del pueblo, la iglesia no puede crecer y madurar. El hecho de que la Biblia sea accesible en las lenguas locales hace posible que los nuevos cristianos puedan interpretar la Biblia en maneras culturalmente apropiadas, se fortalezca la lengua vernácula, y se reconozcan y afirmen los valores de las culturas locales. Es claro que cada uno de esos elementos es clave para lograr la inculturación de la fe.
Al principio, la tarea de traducción fue realizada por los misioneros extranjeros, individualmente o en comités. Los hablantes nativos fueron por lo general «asistentes» o «informantes» de los traductores extranjeros. No obstante, aunque muy poco llegamos a saber de ellos, es indudable que su contribución fue de vital importancia. Esas traducciones, frecuentemente literales y forzadas, manifiestan que fueron realizadas por hablantes no nativos. Sin embargo, a pesar de sus limitaciones tanto en el uso de la lengua receptora como en el estilo, todavía hoy día continúan gozando de respeto en un buen número de comunidades cristianas.
Los primeros traductores
Varios nombres se destacan de los primeros misioneros traductores. En India, el misionero danés Bartholomew Ziegenbalg publicó en 1714 un NT en tamil, en el que usó la forma clásica de la lengua. Luego inició la traducción del AT, y falleció cuando había logrado completar el libro de Rut. Hubo varios intentos por completar el proyecto, pero no fue sino hasta 1796 que pudo concluirse. Johann Fabricius fue quien logró hacer realidad ese sueño, y así India pudo contar con su primera Biblia en una lengua propia.
El misionero británico William Carey llegó a India en 1793, y en cinco años tradujo el NT al bengalí. Este primer intento resultó ser una traducción ininteligible para la población bengalí local. Sin embargo, Carey no se dio por vencido, y volvió a realizar la tarea. En 1799 se unieron a su trabajo Joshua Marshman y William Ward. Juntos establecieron una imprenta en Serampore, al norte de Calcuta. Durante los 30 años que estuvieron juntos tradujeron y publicaron 6 Biblias y 23 NT, así como porciones bíblicas. Carey se encargó de las traducciones en bengalí, sánscrito y maratí. Marshman aprendió chino y publicó un NT, sin mucho éxito.
Otro pionero que llegó en 1806 a Serampore fue Henry Martyn. Después de aprender el urdú, hizo una traducción del NT. Esta traducción se mantuvo en uso sin ser revisada durante más de cien años. Martyn también revisó la primera traducción en persa. La muerte lo sorprendió en 1813, a la edad de 31 años, mientras hacía una traducción en árabe. Es importante señalar que la primera traducción en persa de la cual tenemos conocimiento fue del Pentateuco, en 1546, realizada por judíos persas. La Biblia completa en persa fue realizada en India por Thomas Robinson, en 1838.
Aunque es probable que los cristianos nestorianos que fueron a China en el siglo VII hayan emprendido algún trabajo de traducción bíblica, se conoce muy poco de lo que hicieron aparte de algunas porciones en rollos o papiros de ese período. Los primeros jesuitas que llegaron a China en el siglo XVI hicieron algún trabajo de traducción, pero nada ha quedado. Robert Morrison, primer misionero protestante, fue quien en 1807 tradujo un NT en chino, el cual fue publicado en 1813, y una Biblia completa en 1819, publicada en 1823.
En Birmania (actualmente llamada Myanmar) el nombre de Adoniram Judson, un misionero norteamericano quien llegó a ese país en 1813, continúa siendo muy respetado. Aprendió birmano, e inició la traducción del NT. Como cuando se desató la guerra anglo-birmana en 1824 se sospechaba que era espía, estuvo en prisión casi dos años; sobrevivió gracias a los esfuerzos de su esposa. Mientras estuvo en prisión, Adoniram continuó su trabajo de traducción, ocultando el manuscrito bajo su almohada. Los carceleros descubrieron el manuscrito y lo tiraron a la basura, pero un amigo lo rescató. El mismo fue incorporado en la versión final publicada en 1834.
Melchior Leidekker, un misionero holandés que fue a Batavia, Indonesia, tradujo al malayo, usando la escritura arábica, el AT y una parte considerable del NT. Otra versión en escritura romana fue publicada en 1733, y la versión completa, en escritura arábica, fue publicada en 1758. En 1912 W.G. Shellabear, un oficial militar británico en Singapur, hizo una revisión de esa Biblia.
En Corea, el NT fue traducido al coreano por John Ross en 1887. Un comité completó la traducción de toda la Biblia en 1911.
Traducción bíblica y educación
Desde sus inicios, la actividad misionera hizo énfasis en la alfabetización y frecuentemente se involucró en el establecimiento de escuelas. De ahí la estrecha relación entre la actividad educativa de los misioneros y la traducción de la Biblia, ya que sin alfabetización la Biblia no puede ser leída. Muchas de las escuelas establecidas por los misioneros tuvieron el propósito específico de enseñar al pueblo a leer la Biblia.
William Smalley hizo un estudio sobre la traducción bíblica en el movimiento misionero moderno y concluyó que «los misioneros, especialmente los misioneros traductores y sus asistentes, fueron pioneros en la promoción de alfabetización de adultos y en el desarrollo de métodos para enseñar a leer a los adultos». El establecimiento de escuelas misioneras no estuvo limitado al Asia. El teólogo africano John S. Mbiti dijo que «la Iglesia revolucionó al África mediante la introducción de la alfabetización».
Principales traducciones de la Biblia
No podemos detenernos a hablar en detalle sobre cada proyecto de traducción bíblica en Asia. Daremos a continuación solo una muestra del trabajo realizado.
China
Partiendo de los primeros trabajos de Morrison en Cantón, y de Marshman y Lassar en Serampore, equipos de traductores formados por misioneros continuaron la traducción de la Biblia en chino. La Versión de los Delegados («Delegates Version») del NT, publicada en 1852, fue el resultado de varias entidades y organizaciones misioneras que enviaron delegados para integrar un equipo de traducción. Sin embargo, en el desarrollo de este proyecto surgieron diferencias de opinión entre los diversos traductores, sobre la mejor manera de traducir la palabra «Dios», y como resultado fueron impresas dos versiones.
En 1890, en un encuentro misionero realizado en Shangai, se aprobó una resolución para establecer un comité para la traducción de la Biblia. Como resultado del trabajo de este comité, se publicó en 1906 una Versión Unificada del NT, y en 1919 se publicó la Biblia completa. Esta versión continúa siendo la de mayor aceptación entre las iglesias de habla china. La mayor parte de estos proyectos de traducción bíblica fueron realizados por misioneros extranjeros con la ayuda de hablantes chinos en discusiones particulares y en el proceso editorial. La traducción vigente desde 1919, aunque ha pasado por ligeras modificaciones, está actualmente en proceso de revisión.
Lu Zhen-Zhong trabajó a partir del texto griego y tradujo el NT, el cual fue publicado en 1910. Él mismo hizo una revisión, publicada en 1951. En tiempos más recientes las SBU promovieron una traducción en lenguaje chino coloquial (o lenguaje común), publicada en 1975.
También se han realizado proyectos de traducción a diversos dialectos del chino. Existe la Biblia completa en los dialectos de Shangai, Fuchow, Ningpo, Cantón, Amoy, Hingua, Suchow, Haka y Taizu. La mayoría de estas no están en uso porque fueron remplazadas por la Versión Unificada de 1919. Existen también traducciones del NT en algunas de las lenguas minoritarias tales como el lisu y el mongol. Estas lenguas son habladas tanto en China como en países vecinos.
Desde 1980 el Movimiento patriótico chino cristiano de la triple autonomía y el Concilio cristiano de China, en asociación con las SBU, han impreso más de 25 millones de copias de la Versión Unificada de la Biblia.
La Iglesia Católica hizo su propia traducción, el AT en 1952 y el NT en 1959. Actualmente los biblistas católicos están trabajando conjuntamente con los biblistas protestantes para producir una traducción interconfesional.
*****Busque la segunda parte de este artículo aquí: «Traducciones de la Biblia en Asia — Parte 2»
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Notas y comentarios
1Sobre los tiempos de los jesuitas en Japón, véase Lamin Sanneh, Translating the Message: The Missionary Impact on Culture (Maryknoll, N.Y.: Orbis, 1989): 93-98.
2Sobre una breve reseña del trabajo de Carey, véase Lamin Sanneh, Translating the Message: 101-105.
3William A. Smalley, Translation As Mission: Bible Translation in the Modern Missionary Movement (Macon, Georgia: Mercer University Press, 1991): 199.
4The Crisis of Missions in Africa (Mukono, Uganda: Uganda Church Press, 1971): 6.