Una vida plena no se basa en la rapidez

Una vida plena no se basa en la rapidez

«¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis.» (1 Corintios 9.24)

Una vida plena no se basa en la rapidez
Imagen provista por pexels.com/es-es/@ruiyang-zhang-915467

Tiempo atrás un investigador realizó un documental acerca de las denominadas «comidas rápidas». Se proponía demostrar que una dieta basada en esos alimentos puede producir serios problemas de salud.

Con ese objetivo en mente, dedicó un buen tiempo para probar su teoría. De hecho, durante varias semanas desayunó, almorzó y cenó en los restaurantes de «comidas rápidas». ¡Al fin comprobó que tenía razón! El gran aumento de peso y los daños severos que sufría su organismo eran las pruebas irrefutables.

Si deseamos crecer y desarrollarnos, ¡debemos alimentarnos en forma balanceada!

Esta verdad también puede aplicarse a otras áreas de nuestra vida: la manera de relacionarnos con los demás, el tiempo que le dedicamos al estudio, los proyectos en los que participamos, el manejo de nuestros sentimientos y emociones, las cosas que ocupan nuestra mente la mayor parte del tiempo, nuestros sueños para el futuro, los valores y las virtudes que moldean nuestro carácter, el desarrollo de la personalidad, la forma en que nos relacionamos con Dios…

Si queremos una vida exitosa, intentemos hallar el balance en todo lo que hagamos. Diversión y responsabilidad, pasión y disciplina, soledad y comunión, sueños y acción, espiritualidad y transformación de nuestra realidad. ¡Crezcamos como personas sanas y llenas de vida!

Sumérgete: Alimentémonos cada día con la Biblia. Leer sus páginas y encontrar lo que Dios quiere para nuestra vida será alimento nutritivo que nos fortalecerá el carácter y nos ayudará a vencer en cada circunstancia.

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