Vendió un búfalo para poder pagar la escuela bíblica

Ms Yip aspira a servir a Dios.  Foto: UBSCP/Yeo Tan Tan

Cuando Yip compartió su testimonio, quedé realmente impresionado. Yip es una joven estudiante de 20 años de edad, y estaba estudiando en la Escuela bíblica de Henan. Su hogar está ubicado en una villa montañosa sin caminos ni transporte adecuados. Su iglesia está a 10 km. de donde ella vive, lo que la obliga a transitar esos caminos montañosos para llegar cada domingo a su iglesia. Casi la mitad de los miembros de la iglesia son personas de edad avanzada.

Para los más ancianos, transitar tantos kilómetros a través de empantanadas colinas es una tarea agotadora; imposible de realizar en solo un día. El viaje hacia la iglesia comienza el sábado y vuelven a sus casas el lunes, caminando todo el día. Sin embargo, los fieles ancianos cumplen con esta rutina cada fin de semana, y difícilmente falten a alguna reunión. Para ellos, la alabanza y la adoración a Dios en comunión se han convertido en algo precioso y significativo. Esto nos recuerda que la verdadera adoración tiene su costo.

Como en la congregación no hay predicador, Dios ha puesto en el corazón de Yip el deseo de suplir esa falta. La mayoría de los jóvenes que asisten a la iglesia escapan temerosos de asumir una responsabilidad así, pero no Yip, quien ha depositado su vida en la manos de Dios para que él la use. Cuando comenzó ese deseo en su interior, ella empezó a orar, y su padre la acompañó. Para la mayoría de los padres chinos, dejar que su hija se dedique a trabajar para Dios es algo muy difícil de aceptar. Pero fue precisamente la fe y el amor del padre lo que jugó un rol relevante en la vida de Yip, ya que moldeó su fe y su amor a Dios. El camino de Yip se aclaró completamente cuando comenzó a estudiar a tiempo completo en la Escuela bíblica de Henan.

El búfalo de la familia

Antes de que su sueño se hiciera realidad, Yip tuvo que vencer muchos obstáculos hasta que finalmente pudo inscribirse en la Escuela Bíblica de Henan. Siendo tan joven, era muy difícil estar alejada de su familia y no poder ayudar con la escasa economía de la familia. Juntar el dinero suficiente para sus estudios y su mantenimiento fue un gran desafío. Para que un estudiante pueda cursar todo un año en la escuela y tener los medios necesarios para vivir, se necesita una gran suma de dinero, inalcanzable para una familia que vive de su pequeña granja. Yip clamó a Dios varias noches sin saber cómo solucionar ese serio problema. Finalmente, la familia decidió vender algo de inmenso valor para cualquier familia rural: el búfalo.

De una manera u otra, su sustento depende del búfalo, y aún así estuvieron dispuestos a entregarlo. Por esa sola acción, la familia mostró qué tan profunda era su fe y hasta qué punto todos ellos estaban dispuestos a entregarse completamente a Dios. El clamor de Yip se convirtió en lágrimas de gozo.

Qué fácil es para nosotros, en comparación, poner nuestra fe y confianza en Dios cuando sabemos cómo y cuándo estará nuestra comida a nuestra disposición. Pero no es así para los cristianos en China: tiene tan poco sobre lo cual depender, y aun así descansan plenamente en Dios y su provisión. Ellos saben que Dios suplirá todas sus necesidades. Sin duda, la fe en Dios es lo que sostiene a estos hermanos y hermanas fuertes y sanos. El gozo reflejado en sus rostros cuando adoran a Dios resume, sin palabras, lo que creen: «Lo importante no es lo que tenemos, sino el Dios en quien creemos… eso es lo que hace la diferencia en nuestras vidas».

© VivelaBiblia.com, Sociedades Bíblicas Unidas.

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